Celebración de los difuntos en NORTE de ARGENTINA ... Milagro Chico
El Ritual del Día de los Muertos en el norte de Argentina
Una de las actividades más llamativas que me toco vivir en mi viaje por el noroeste de Argentina en noviembre de 2009 fue el ritual conocido popularmente como el Día de los Muertos, y que se destaca en Argentina por la gran participación que tiene en los pueblos especialmente de la provincia de Jujuy, y cuanto más al norte se encuentre un poblado más arraigada será esta tradición. Si bien este ritual no es único ni original de nuestro país o región, en Argentina es muy particular, ya que el día 2 de Noviembre es un día no laborable unicamente en la provincia de Jujuy y aquí se denomina al ritual como “Día de los Fieles Difuntos”.
También se la denomina “Día de Todas las Almas” y comienza el “Día de Todos los Santos”, es decir, el 1º de noviembre y que aún se conserva prácticamente intacta en los pueblos del norte de Argentina, a pesar del poder del marketing y la globalización que trae costumbres importadas que poco a poco son adoptadas rápidamente por los niños y jóvenes. Respecto al Ritual del Día de los Fieles Difuntos si bien su origen es desconocido se supone vinculado al Festival de Muertos celebrado por todos los pueblos de América, en el que se festeja el final de la cosecha de maíz, papas y calabaza, y también se la vincula a convicciones religiosas cristianas recibidas por los misioneros en la época de la colonización americana.
En esta ceremonia una de las leyenda dice que Dios abre las puertas del cielo y los difuntos bajan a la tierra a ver a sus seres queridos y por ello los familiares y amigos los reciben con todas las cosas que le gustaban en vida, y se cree que se quedan entre nosotros desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el mediodía del día siguiente. Es por ello que en ambos días se realizan diferentes rituales que incluyen preparaciones especiales, misas, visitas a los cementerios con el despacho final de las ofrendas preparadas, y sobre todo los sentimientos encontrados de alegría y tristeza simultáneamente.
En si el ritual es realizado fundamentalmente por las familias que han perdido un ser querido durante los tres años consecutivos del fallecimiento, y a medida que van pasando los años la solemnidad y el esfuerzo en la preparación del ritual van disminuyendo. A pesar de esto la costumbre de llevar coloridas flores de papel al cementerio sigue muy arraigada y es común que aún pasado mucho tiempo se lleven coronas o ramos e incluso los que pueden grandes arreglos florales.
Me fue muy interesante observar una de las preparaciones en una casa, con sus comidas, velas, retratos y objetos dedicados a sus seres queridos. El día 1 de noviembre se arma una gran mesa en la casa a la que volverá el difunto al mundo, con ofrendas que consisten en todas las cosas que a este le gustaba comer y beber. Aunque algunas tradiciones en cuanto a la preparación pueden ir variando generalmente se arma esta gran mesa llamada Mesa de las Ofrendas, allí se ponen velas y flores en el centro, un vaso con agua bendita, cítricos partidos por la mitad, una torta blanca con el nombre del difunto (de la que luego se destinara la mejor parte a la Pachamama), panes especialmente elaborados con en formas de escaleritas, cruces, llamas, ángeles, etc., así como también platos con empanadillas de cayotes, rosquetes, capia, pochoclos, chica, locros, picantes, asados, vino, y se coloca una imagen del difunto en la cabecera de la mesa.
Se arman coronas con flores de papel de distinto color según sea adulto o niño y se recuerda al difunto charlando sobre él en la familia y con los amigos mientras circulan bebidas como café, vino, chicha y se fuma y coquea por el finado. Todas estas ofrendas son elaboran pacientemente días antes por los familiares y amigos y permanecen en la Mesa de las Ofrendas hasta el día 2 de noviembre, cuando todo aquello “que no comió el almita” son compartidas entre los parientes y amigos ese Día de los Fieles Difuntos cuando se los recuerda.
Si bien la forma en que está realizado el ritual en todos sus aspectos varía mucho de acuerdo al presupuesto y la ubicación geográfica de cada familia, pero es vivido con profundo sentimiento por parte de todos los habitantes de esta región.
En la mañana o el transcurso de ese día 2 de noviembre se va al cementerio a dejar en las tumbas de los difuntos arreglos florares de papel, encender velas, imágenes y otras ofrendas que fueron despachadas y tambiénpara rezarle al difunto y participar de las misas que allí se celebran y aquí termina la ceremonia, sin embargo sus flores perduran años y le dan una característica muy distintiva a estos cementerios de la Quebrada de Humahuaca que cualquier viajero seguramente ha visto en sus viajes por este increíble lugar.
También se la denomina “Día de Todas las Almas” y comienza el “Día de Todos los Santos”, es decir, el 1º de noviembre y que aún se conserva prácticamente intacta en los pueblos del norte de Argentina, a pesar del poder del marketing y la globalización que trae costumbres importadas que poco a poco son adoptadas rápidamente por los niños y jóvenes. Respecto al Ritual del Día de los Fieles Difuntos si bien su origen es desconocido se supone vinculado al Festival de Muertos celebrado por todos los pueblos de América, en el que se festeja el final de la cosecha de maíz, papas y calabaza, y también se la vincula a convicciones religiosas cristianas recibidas por los misioneros en la época de la colonización americana.
En esta ceremonia una de las leyenda dice que Dios abre las puertas del cielo y los difuntos bajan a la tierra a ver a sus seres queridos y por ello los familiares y amigos los reciben con todas las cosas que le gustaban en vida, y se cree que se quedan entre nosotros desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el mediodía del día siguiente. Es por ello que en ambos días se realizan diferentes rituales que incluyen preparaciones especiales, misas, visitas a los cementerios con el despacho final de las ofrendas preparadas, y sobre todo los sentimientos encontrados de alegría y tristeza simultáneamente.
En si el ritual es realizado fundamentalmente por las familias que han perdido un ser querido durante los tres años consecutivos del fallecimiento, y a medida que van pasando los años la solemnidad y el esfuerzo en la preparación del ritual van disminuyendo. A pesar de esto la costumbre de llevar coloridas flores de papel al cementerio sigue muy arraigada y es común que aún pasado mucho tiempo se lleven coronas o ramos e incluso los que pueden grandes arreglos florales.
Me fue muy interesante observar una de las preparaciones en una casa, con sus comidas, velas, retratos y objetos dedicados a sus seres queridos. El día 1 de noviembre se arma una gran mesa en la casa a la que volverá el difunto al mundo, con ofrendas que consisten en todas las cosas que a este le gustaba comer y beber. Aunque algunas tradiciones en cuanto a la preparación pueden ir variando generalmente se arma esta gran mesa llamada Mesa de las Ofrendas, allí se ponen velas y flores en el centro, un vaso con agua bendita, cítricos partidos por la mitad, una torta blanca con el nombre del difunto (de la que luego se destinara la mejor parte a la Pachamama), panes especialmente elaborados con en formas de escaleritas, cruces, llamas, ángeles, etc., así como también platos con empanadillas de cayotes, rosquetes, capia, pochoclos, chica, locros, picantes, asados, vino, y se coloca una imagen del difunto en la cabecera de la mesa.
Se arman coronas con flores de papel de distinto color según sea adulto o niño y se recuerda al difunto charlando sobre él en la familia y con los amigos mientras circulan bebidas como café, vino, chicha y se fuma y coquea por el finado. Todas estas ofrendas son elaboran pacientemente días antes por los familiares y amigos y permanecen en la Mesa de las Ofrendas hasta el día 2 de noviembre, cuando todo aquello “que no comió el almita” son compartidas entre los parientes y amigos ese Día de los Fieles Difuntos cuando se los recuerda.
Si bien la forma en que está realizado el ritual en todos sus aspectos varía mucho de acuerdo al presupuesto y la ubicación geográfica de cada familia, pero es vivido con profundo sentimiento por parte de todos los habitantes de esta región.
En la mañana o el transcurso de ese día 2 de noviembre se va al cementerio a dejar en las tumbas de los difuntos arreglos florares de papel, encender velas, imágenes y otras ofrendas que fueron despachadas y tambiénpara rezarle al difunto y participar de las misas que allí se celebran y aquí termina la ceremonia, sin embargo sus flores perduran años y le dan una característica muy distintiva a estos cementerios de la Quebrada de Humahuaca que cualquier viajero seguramente ha visto en sus viajes por este increíble lugar.
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