El éxodo jujeño... Agustina Cófano
Agosto de 1812. La
independencia americana está en serias dificultades debido a numerosos
reveses militares ante los ejércitos españoles. El triunvirato le ordena
al General Belgrano, que estaba en el norte, retirarse hasta Córdoba para escapar de las fuerzas realistas al mando de Pío Tristán.
La decisión se debía en parte a que la fuerza española era muy superior
a la patriota, y en parte a cuestiones políticas ya que las provincias
del norte eran díscolas con el gobierno central.
Se emplea en la Argentina por primera vez la táctica militar de Tierra Arrasada.
¿En que consiste? En no dejarle al enemigo ni las migas. Retirarse
llevándose todo lo posible y quemando o inutilizando lo que uno no se
pueda llevar. No dejar nada que pueda sevirle para reaporvisionarse o
guarecerse.
Ante la imposibilidad de la
defensa de la plaza, el creador de la bandera comienza a organizar la
retirada de las poblaciones. Lo que se llamó “el éxodo jujeño“. Lanzó una proclama a los pueblos del norte:
Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, os he hablado con verdad… Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres . . .
Había que retroceder
al sur llevandose alimento, armas, ganado, y quemando todo a su paso.
Lo más natural es imaginarnos una fuerte resistencia por parte de los
pobladores, a nadie en su sano juicio le hace gracia dejar sus
pertenencias para seguir a un aventurero. Aquí está lo más sorprendente:
las crónicas de la época coinciden en que no hizo falta gran coacción
para acatar la medida. Aquella gente estuvo dispuesta a los mayores
sacrificios si ello ayudaba a la causa de libertad. Siguieron a Belgrano
con lo puesto, al sólo precio de una vaga esperanza.
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