Lecturas para niños: El Zorro Glotón, El Señor Tigre y El primer vuelo.
Preparamos esta sección de lecturas para niños con 3 excelentes cuentos.
El Zorro Glotón. Un día, uno de esos buenos días, un zorro que iba caminando por el bosque encontró una cesta llena de comida que había sido escondida en un hueco en el árbol, por unos granjeros.
El zorro se hizo tan pequeño como lo dejó su cuerpo y entró al agujero para que los otros animales no lo vieran comerse el rico banquete.
Comió, comió, comió y siguió comiendo, el zorro nunca había comido tanto en su vida, pero cuando logró terminarse todo el banquete y quiso salir del árbol por el pequeño agujero, no pudo moverse.
¡Se había vuelto demasiado gordo, el zorro glotón y no podría salir del agujero en el árbol!
Pero el zorro ciego ante su problema, pensó que el agujero se había vuelto más pequeño y no que él se había hecho más gordo.
Asustado gritó: -¡Socorro!, ¡Socorro!, Por favor, sáquenme de esta trampa.
Se dio cuenta de que pasaba por ahí una comadreja y al verla el zorro glotón le dijo:
-Comadreja, hey, comadreja, ayúdame a salir de este agujero, el árbol se está encogiendo y me está aplastando.
La comadreja lo vio y rió diciendo: – Yo veo al árbol exactamente como esta mañana, quizá tú te has hecho más gordo.
-¡Deja de decir tonterías y sácame de aquí! – Le gritó desesperado el zorro- Me estoy muriendo.
-Lo tienes merecido zorro, comiste demasiado, porque tienes los ojos más grandes que el estómago.
Ahora tendrás que quedarte allí hasta que adelgaces y luego podrás salir. Esto te enseñará a que no debes ser tan glotón – Le dijo la comadreja antes de irse.
El pobre zorro glotón tuvo que quedarse encerrado en ese pequeño agujero en el árbol, por dos días y dos noches y se prometió a sí mismo que nunca, nunca volvería a comer tanto.
El Señor Tigre.
Muchos, muchísimos años atrás, cuando todavía los humanos y los animales hablaban el mismo idioma, un tigre con una piel de color amarillo intenso y un búfalo cantaba camino a su casa luego de un relajante baño en el río.
El tigre lo seguía con sigilo hasta que el búfalo lo escuchó y aunque muy asustado no quería parecer un cobarde, así que siguió caminando, mientras el señor tigre le hacía conversación.
El tigre le preguntó al búfalo si seguía trabajando para el hombre, muy cortantemente el búfalo le dio una afirmación.
-No comprendo cómo puedes trabajar para una de esas criaturas, sin fuerza o veneno. – Comentó el tigre.
-Los hombres pueden ser muy inteligentes, han logrado dominarme a mí, al caballo y al cerdo. También al perro y al gato. – Contestó el Búfalo.
-Interesante – comentó el tigre – si yo tuviera esa inteligencia, mi vida sería mucho más placentera.
Y desapareció en la oscuridad, dejando al búfalo solo.
El búfalo se levantó a la mañana siguiente para ir a trabajar con su amo y se dio cuenta de que el tigre ya se encontraba allí.
Búfalo oyó que el Tigre le decía al hombre – No te asustes amo, yo sólo vengo a ver tu inteligencia, porque deseo comprártela.
El campesino honrado le ofrece regalarle al tigre la inteligencia, pero el tigre quería era tomar la inteligencia y comerse al campesino.
Al rato el campesino regresó con la inteligencia, le dio fuego al tigre y este se quemó sus patas, al ver este acto tan inteligente el búfalo se echó a reír y no podía irse.
Y el tigre se quedó allí quejándose hasta que el fuego se extinguió pero el tigre había quedado rayado por la cuerda y las rayas negras le marcaron su pelaje amarillo, por siempre, generación tras generación.
El primer vuelo.
Una gaviota joven se para al borde del acantilado y descubre que tenía mucho miedo de volar. A pesar de que dio una carrera y movió sus alas la inmensidad del mar era demasiado para ella, corrió a su nido y se cobijó allí
.
Sus hermanos si lograron correr al borde, agitar sus alitas y volaron por encima de la inmensidad del mar, pero ella no tuvo valor.
Sus padres la llamaban con insistencia y le decían que debía volar porque si no moriría de hambre, aun así ella no pudo moverse de su nido.
Durante el día nadie se le acercó, veía como sus padres les enseñaban todo a sus hermanos y vio como ellos pescaban sus primeros peces para alimentarse.
Lamentaba no hacer orgullosos a sus padres como sus hermanos y lamentaba no tener alimento, nadie le ofreció, ni le llevó, ningún tipo de .
Casi al caer de la noche picoteó por toda la hierba algo de comer, pero no consiguió nada que le saciara el apetito.
Sus hermanos dormían, su padre también, pero su madre picoteaba un pedazo de pescado que le había quedado.
La pequeña gaviota se enloqueció y llamó a su madre una y otra vez para que le diera comida, su madre se levantó con un trozo de pescado en el pico y fue hasta su lugar, pero no le entregó el alimento, se quedó suspendida en aire.
La pequeña gaviota no entendía porque su madre no le daba el pedazo de pescado, hasta que cayó por el acantilado, no se había dado cuenta de lo cerca que estaba del precipicio.
Batió sus alas y empezó a subir, y luego a bajar hasta casi rozar las olas, sintió como su cuerpo flotaba y escuchaba a su familia celebrar, el primero vuelo de la gaviota joven.
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