En un pueblo se encontraba una tortuga que cada vez que la mandaban a que haga algo,
ella se demoraba todo el día en hacerlo, siempre era igual. Cuando había que hacer una tarea, ella tardaba muchísimo en hacerla, mientras que los demás compañeros la hacían en poco tiempo. Todas estas cosas hicieron que la tortuga comience a sentirse mal de nunca poder acabar con las tareas que le proponían, entonces comenzó a cambiar de idea y dejaba que los demás hicieran todo el trabajo, nunca más volvió a esforzarse por nada y en vez de feliz, ella estaba muy triste, también aburrida.
Tener una tarea la ponía contenta, pero al ver que tardaba mucho y para los demás era algo tan sencillo, les dejaba todo el trabajo y no se esforzaba más. Lo peor de todo es que encima era muy dormilona, entonces se la pasaba durmiendo mientras el resto trabajaba, pero así pasaba el invierno, el verano, el otoño y Uga nunca era felicitada, ni tenía ninguna recompensa por su arduo trabajo como el resto si obtenía. En un momento ya no sabía qué hacer para poder estar contenta como los demás y así es como sin darse cuenta, un día encontró una hormiga en su camino y se hicieron grandes amigas.
La hormiga, su nueva amiga, le explicó algunas cosas de la vida que ella nunca había considerado como por ejemplo lo grandioso que es empezar un trabajo y terminarlo. Todos sabemos que las hormigas son muy trabajadoras y esta se indignaba al ver que la tortuga se la pasaba durmiendo mientras los demás trabajaban, por eso es que se determinó en hablarle y decirle que no estaba bien lo que hacía, porque de ese modo jamás iba a ser feliz.
Otra de las enseñanzas de la hormiga fueron que no importa la velocidad en la que se hace el trabajo, lo único que importa es que la tarea se termine, por eso, haciendo un poco todos los días es que se pueden lograr las cosas, sin importar si uno es rápido o lento para trabajar, caminar o estudiar. Los tiempos pasaron y la tortuga comenzó a aplicar estas enseñanzas con mucha sabiduría, pero sobre todo con mucho esfuerzo y entusiasmo. Así sucedió que Uga comenzó a terminar sus trabajos y esto le trajo mucha satisfacción, comenzó a ser una tortuga feliz y entendió que debía proponerse tareas más cortas para poder acabar el día con todas sus obligaciones terminadas, todo gracias a su nueva amiga.
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