Chavarría y Ovejero festejaron en la Maratón Don Orione
Los tucumanos no paran de sumarse a la convocatoria que hace todos los años el Pequeño Cottolengo Don Orione, que podrá terminar el Centro de Día.
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TODOS PUEDEN. Como todos los años, los participantes de la prueba cubren el trayendo de la forma en la que mejor los hace sentir. Al final, festejan todos. LA GACETA/ FRANCO VERA
P ara el padre Aníbal Quevedo había sólo un temor para la edición 23 de la Maratón Don Orione. “Mi única duda era el comportamiento del clima, que nos tuvo sufriendo en los últimos días”, reconoció en la zona de llegada en el parque 9 de Julio.
Con el sol desapareciendo a sus espaldas, el director del Pequeño Cottolengo Don Orione le puso calificación a la tradicional prueba deportivo-solidaria que largó desde la plazoleta Mitre. “Es un ‘diez’, porque la alegría que la gente puso para compartir una tarde deportiva de fraternidad es una muestra de cómo podemos vivir de la mejor manera en la sociedad tucumana”, destacó Quevedo.
Aunque la temperatura era elevada, la postal habitual de la plazoleta Mitre se repitió en la nueva edición. Por fortuna, la salida tuvo varios minutos de retraso, lo que le dio un buen lapso al mercurio del termómetro para que bajara. El calor se sentía, pero un poco menos cuando pasaban las 16. Pero, como en cada ocasión de la Maratón, es imposible que el espíritu de los tucumanos se detenga ante la convocatoria.
La institución apela desde hace más de dos décadas a la solidaridad tucumana, manifestada vía deporte. Siempre la respuesta es de a miles de participantes y en lo competitivo los mejores atletas de la provincia hacen espacio en su agenda. Ellos compiten en una distancia poco habitual, pero que no altera y, por el contrario, fortalece el entrenamiento, sin contar, la necesaria difusión que requieren los atletas federados.
Todo ese combo social-deportivo es lo que permite que el Cottolengo Don Orione proyecte y crezca para brindar la contención necesaria a los residentes. Con la edición 2017, Quevedo aseguró que el objetivo de terminar el Centro de Día que comenzó a construirse con lo recaudado en la Maratón anterior, podrá terminarse y, de no mediar contratiempos, la fecha ya está fijada. “Queremos inaugurarlo el 12 de marzo de 2018”, apuntó el padre.
Quevedo asegura que el éxito de la Maratón está en el pueblo tucumano. Situaciones para ejemplificarlo sobran. Basta con ver a Melina Salazar y escucharla para entender el sentimiento que generó la carrera. “Me rompí en una clase de rugby”, explicó la futura profesora de Educación Física. La pierna derecha de la dama está enfundada en una férula de color azul y negra que, de sólo mirarla, sube los grados centígrados del que la observe. El dispositivo que mantiene estable su rodilla con ligamentos y meniscos rotos sería más apropiado para la época invernal. “No iba a dejar de hacerla. El año pasado completé la maratón embarazada de seis meses y ahora la voy a hacer caminando”, contó la mamá de Luz Mía, que estaba durmiendo en el coche.
“Tenemos cada anécdota en la Maratón”, se suma Walter Reyes. El marido de Melina tiene una bitácora en la Maratón Don Orione. “Él fue el que me trajo”, dijo su mujer. Melina reconoció que hasta que se puso de novia no sabía de la obra del Cottolengo en Tucumán. “Yo venía acompañando a los residentes. Un año la invité y no dejamos de venir”, contó Walter.
Entre las anécdotas, la familia podrá decir que ni una pierna rota los frena. A ella se suma otra más. “Como estaba embarazada me hacía pis a cada rato. El año pasado estaba de bar en bar pidiendo baño”, contó Melina riéndose. “Hace dos años nos sorprendió la tormenta, con un granizo tremendo. Estaba con una sobrina y Melina. Nos pusimos debajo de un árbol, las abracé y me cayó todo a mí. Terminé con la espalda llena de moretones”, relató con tono heroico Reyes. Y con tanta historia escrita en la maratón es lógico que los Reyes entiendan exactamente cuál es el objetivo. “Colaboramos con algo que nos gusta. Hay reciprocidad: disfrutamos y ayudamos a los demás”, reflexionó Melina.
Hubo un “intruso” en los podios. Iván Luna fue el que desequilibró la historia e impidió que todo sea para Tucumán entre los tres primeros en damas y caballeros.
Luna es jujeño y desde hace poco tiempo está radicado en “El Jardín de la República”. Corrió la Maratón Don Orione por segunda vez y en su breve historial suma un quinto puesto (en la edición pasada), y el tercero de ayer. Si la estadística se mantiene con esa regularidad y si participa, en 2018 debería ganar. “¿Pensar en salir primero? Los otros chicos son muy buenos. No deberían estar ellos para que gane yo”, analizó con tono de broma el joven de 20 años. Luna llegó a la provincia para estudiar Derecho, y su carrera en el atletismo se compone de carreras en la capital y el interior de su provincia. “Esta maratón es preciosa. El calor que da la gente a nosotros, los corredores, nos anima a dar un poquito más de lo que podemos”, explicó el jujeño.
Hace 12 meses, lo que más le llamó la atención a Luna en el debut fue la variedad. “Nunca vi que corramos con las bicis a la par, fue nuevo para mí”, comentó Luna, que ya piensa en la próxima cita. “Ojalá corra por tercera vez y que sea mejor no sólo para los corredores, sino para que la gente se siga sumando”, deseó.
Ganadores
En el sorteo de la moto salió favorecida Sol Teri. El coche se lo llevó Claudia Mercedes Lanza (en la foto con la pechera). La dama cumplía 47 años y estuvo acompañada por su esposo, hija, hermana y sobrina. “Siempre vengo y con la esperanza de ganar. Sé manejar poco. Necesitaba mucho el auto”, dijo. Música: el complemento Tanto en la largada como en la llegada, la música en vivo fue la compañía que hizo crecer en alegría todo el entorno. Los Teen al principio y Sergio Galleguillo, más varios solistas y grupos, fueron los integrantes de la entretenida cartelera.
Reconocimientos
Los atletas especiales que tuvieron menciones especiales fueron: Mario del Jesús López, Tony Solórzano, René Barrionuevo, Eduardo Grodek, Juan León (sillas de ruedas) y Carlos Rivadeneira (corredor).
Incansables
Los más pequeños disfrutaron del globo del Club LA GACETA. Los niños no mostraron signos de cansancio luego de completar el recorrido y siguieron gastando energías, esta vez saltando.
Fiscalización
La Federación Tucumana de Atletismo estuvo a cargo de la toma de tiempos. Su presidente, Guillermo Rubino, estuvo como es habitual animando desde el escenario.
Ezequiel Chavarría y María Ovejero fueron los más veloces en unir los poco más de tres kilómetros que separan la plazoleta Mitre del parque 9 de Julio. Ambos coincidieron en que la masividad de la Maratón Don Orione, que aumenta año tras año, es lo que los seduce para participar en la corta distancia. ¿Y en lo deportivo?
“La corrí para medirme. Vengo de una lesión que me paró casi cinco meses y necesitaba sacarme algunos temores”, explicó Chavarría que sumó su tercer triunfo en la prueba. Al ganador lo escoltaron Víctor Jiménez y el jujeño Iván Luna.
Para la dama, significó un buen entrenamiento. “Estoy preparándome para otras carreras y a la Maratón Don Orione la corrí para ganarla”, sintetizó Ovejero. Carolina Nieva y Emilce Lequizamón completaron el podio.
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