La esclavitud en Argentina ... Luciana Nicolle Lazarino
En zonas rurales, las tareas en las haciendas coloniales propiedad de laicos, jesuitas y otras órdenes, estaban a cargo de mano de obra esclava, negra o mulata.
La Compañía de Jesús, el Estado español por medio del Cabildo, las familias principales, los grandes comerciantes e incluso las capas medias de la población, fueron, si se los considera en conjunto, dueños de miles de africanos a su servicio.
En América, miles de negros esclavos eran vendidos o se canjeaban por algunos bienes.
Hasta en las dotes, las personas de familias acaudaladas adjuntaban esclavos.
Los precios variaban de acuerdo al sexo, fortaleza, salud y edad.
Adquiridos pasaban a ser patrimonio de su amo, quien disponía de su destino y de su vida.
Tenían un valor en dinero y pertenecían a alguien y los alimentaban para utilizarlos en faenas y servicios que el amo creyera conveniente.
En el período que abarca desde el 1700 hasta principios del 1800, entraron legal e ilegalmente esclavos africanos al puerto de Buenos Aires traídos por la Compañía de Guinea -después se sumaría la inglesa South Sea Company que se situaba en el Barrio de Retiro.
Buenos Aires no era entonces más que un pueblo de 400 casas de barro y paja, pero rápidamente se convirtió, junto con la vecina Montevideo, en uno de los dos grandes centros distribuidores de la trata rioplatense.
Muchas familias vivían del trabajo de sus esclavos que, siendo hábiles artesanos, eran empleados en los amplios patios de las casas haciendo escobas, velas o dulces que luego vendían por las calles.
También eran cocineros, mucamos, albañiles, blanqueadores, cavaban pozos o hacían changas.
De 1776 a 1810 un tercio de los esclavos de Buenos Aires consiguió comprar su libertad.
La esclavitud no fue totalmente abolida hasta la consagración de la Constitución Nacional de 1853, es decir, cuarenta y tres años después de haberse iniciado el proceso emancipador.
Recien hacia mediados del siglo diecinueve comienza la desaparición o disminución del africano enBuenos Aires, por diversas causas.
Juan Manuel de Rosas
Cuando Juan Manuel de Rosas asumió el poder -tampoco dio la libertad a los esclavos-, mantuvo, sin embargo, un mejor trato con los hombres y mujeres de color.
Rosas mantenía estrecha relación con las capas populares y en relación con los negros, solía participar con miembros de su familia, de las fiestas en el barrio del Tambor, en Monserrat, en San Telmo y en la Recoleta (el viejo Buenos Aires).
Eran famosos los candombes y marimbas.
"Las esclavas de Bues. Ays. [Buenos Aires] demuestran ser libre y Gratas a su Noble Libertador". La obra pertenece a D. de Plot, pintor activo durante la época de Rosas, quien la firma en el ángulo inferior derecho, consignando además el año, 1841. Se trata de un óleo sobre género y pertenece a la colección del Museo Histórico Nacional.
El racismo que acabó con nuestros negros (Felipe Pigna)
A partir de 1807 los ingleses impidieron el trafico internacional de esclavos, sus motivos no eran humanitarios.
La política británica de cortar el trafico negrero, para generalizar la explotación mas "racional" del trabajo mediante el salario, y desde 1813 el de la trata (implícitamente incluido en el decreto de la Asamblea General Constituyente) llevaron a que en las décadas siguientes la presencia africana mermara aceleradamente en las Provincias Unidas.
Sobre esa realidad actuaron las guerras, las grandes epidemias y, por falta de hombres de la propia comunidad, un mayor "mestizaje".
En una sociedad donde los negros tenían mas que limitado su acceso a la educación, a los cargos administrativos y políticos, y en general a toda forma de "sociabilidad" que no fuese la de sus propias instituciones de ayuda mutua.
Maipú
San Lorenzo. El sargento Cabral era negro y no era sargento
Así fue como las "naciones", organizadas por descendientes de africanos, tuvieron un gran desarrollo en Buenos Aires entre fines del periodo rivadaviano y la caída de Rosas, y se convirtieron en las primeras asociaciones de "socorros mutuos" del país. Además de reunir fondos comprar la libertad de esclavos, ayudar a viudas, huérfanos y enfermos, estas sociedades mantuvieron acervo cultural afroamericano, en sus "tangos" y "candombes", muchos de sus descendientes se fueron "acriollando" y, en mayoría, negando u olvidando su herencia Africana.
Aunque muchos argentinos lo olvidemos a diario, zamba, milonga y tango (por no decir hablar de malambo, kilombo o candombe), son voces afroamericanas, como el origen de esas músicas, tan argentinas como nuestra morocha.
Los Ingenios, la esclavitud en plena democracia
La Forestal es el nombre de una empresa argentina de capitales extranjeros que manejó buena parte de la actividad política y económica de un sector del norte argentino a fines del siglo XIX y a principios del siglo XX. Su nombre es tristemente recordado por haber significado la destrucción de una parte importante de los recursos naturales, la explotación de sus trabajadores y los oscuros contactos con el poder de turno.
La Forestal resultó ser un gran negocio para sus múltiples dueños que contaba con ferrocarriles, puertos propios y pagaban a sus vapuleados trabajadores con vales que éstos a su vez debían de canjear en los almacenes de la mismísima empresa.
El caso alegórico fue de Aniceto Barrientos de Villa Ana (Santa Fe) que, durante su vida de asalariado en la empresa, fue contabilizando cuántas veces recibía el mismo vale con el mismo número y llevando la anotación en un cuaderno registró 137 veces.
La Forestal además tenía una fuerza propia de represión, la "gendarmería volante", financiada por la propia empresa y armada y uniformada por el gobierno provincial del gobernador Enrique Mosca quien sería luego candidato a vicepresidente por la Unión Democrática en 1945.
En resumen, los peones de La Forestal era esclavos, prisioneros en los campos de la Empresa.
Si intentaban huír eran cazados y muchas veces asesinados por la policía privada.
Cuando intentaron una huelga, con réclamos básicops como la jornada de ocho horas de trabajo, en 1922, culminó con una salvaje represión, lo cual la "gendarmería volante" y otras formaciones parapoliciales impunemente patrocinadas por el gobierno de Hipólito Yrigoyen actuaron despóticamente con un saldo de centenares de muertos y 19 dirigentes huelguistas condenados a la cárcel.
En el cuaderno del capataz Aniceto Barrientos registraba lo siguiente: "a los muertos los apilaban uno sobre otro, le clavaban el cuchillo en la nuca por si estaban vivos, desde ese día tenía miedo de volver a trabajar porque nos miraban con odio, como si fuéramos perros sarnosos".
La esclavitud encubierta.
La esclavitud existe aún en el mundo.
Desde las esclavas sexuales hasta africanos vendidos en Arabia Saudita, desde el trabajo inhumano de mujeres, hombres y niños en el Sudeste Asiático hasta los palestinos sin derechos en los Emiratos Arabes.
Existe.
Lamentablemente solo se la ocultó un poquito mas.
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