Chicos en colonias: tres motivos que pueden dejarlos afuera de la pileta

Otitis, hongos y piojos. Consejos para prevenirlos y tratarlos.Son una salvación para los padres que trabajan y un lugar de diversión para los chicos. Las colonias de vacaciones son la opción que muchas familias eligen al planificar qué hacer durante la temporada de verano. Y con todos los pro, vienen algunos contras, que más que graves son molestos. Otitis, hongos y piojos, integran el menú frecuente de la época estival.

Y más allá de las molestias que puedan provocar, también son causa de bochazo en la temida revisación médica. Aquí, consejos para prevenir y tratar estas afecciones.

Otitis

La otitis externa es una afección común, se calcula que una de cada 10 personas la sufrirá en algún momento de sus vidas. El pico de incidencia se da entre los 7 y los 12 años y “es más frecuente en verano porque el hecho de que los niños estén más tiempo ociosos hace que en sus casas o en colonias de vacaciones permanezcan más tiempo en el agua”, explica Juan Carlos Razetti, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Se produce habitualmente por una alteración de las barreras naturales de la zona, que puede ser provocada por el uso de hisopos para la higiene de la zona. Desde el Clínicas advierten que la auto-higiene del conducto está desaconsejada porque el cerumen contiene ácidos grasos que protegen naturalmente la piel contra las infecciones bacterianas.

Quienes sufran otitis frecuentes pueden recurrir a métodos preventivos “como la instilación en el conducto auditivo de soluciones oleosas o de aceite de oliva, entre otros, previos al día de pileta, o la utilización del secador de pelo en frío en el conducto audtivo externo, posterior a la jornada de piscina, y la colocación de gotas de alcohol boricado”, recomienda Razetti. Una vez contraída la enfermedad, en general, se trata alejando al paciente del agua por una semana y con gotas óticas con ciprofloxacina y corticoides, y si hay secreciones, hay que limpiarlas previamente. Siempre se debe consultar con el médico, dado que existen complicaciones severas.

Hongos

Son manchitas blancas, ocres o rosadas y suelen aparecer en la espalda, el pecho o los brazos. Las ocasionan levaduras del género Malassezia, que forman parte de la flora normal de la piel, pero que con el calor y la humedad pueden aumentar en cantidad y así favorecer la aparición de las lesiones, que se hacen más evidentes con la exposición al sol, porque resaltan con la piel bronceada. “El tratamiento, local o por vía oral curará las lesiones. La recidiva es muy frecuente, especialmente en los meses cálidos”, advierten desde el Hospital de Clínicas.

“Otras levaduras que forman parte de la flora corporal normal son las del género Candida, cuyo crecimiento numérico que generará una lesión, se ve favorecido por el aumento de calor y humedad (además de otras situaciones generales como el tratamiento antibiótico o con corticoides). Las zonas que mantienen más calor y humedad son los pliegues, y son allí donde se observan estas candidiasis superficiales: ingles, pliegues abdominales o entre los dedos. Además del tratamiento antifúngico es muy importante mantener la zona seca”, aclaran.

En las duchas públicas, mejor calzado.

Otra lesión que puede dejar a los chicos fuera de la pileta es el pie de atleta, causado por diferentes hongos o por bacterias. El espacio más afectado es el que está entre el cuarto y quinto dedo del pie, ya que es el pliegue más cerrado y mantiene mucho la humedad. El síntoma más común es la piel agrietada, en escamas y que se desprende entre los dedos de los pies, pero el cuadro puede incluir también enrojecimiento, picazón y hasta ampollas.

Para prevenir la aparición de este tipo de lesiones, desde Medline Plus, el servicio de la Biblioteca Nacional de Estados Unidos, aconsejan entre otras cosas: mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos; lavarse bien los pies con agua y jabón, y secar completamente la zona, al menos dos veces por día; usar calzado en piscinas o duchas públicas; utilizar polvos antimicóticos o talcos de secado ante cuadros reiterados.

Piojos

Los piojos se reproducen a escala asombrosa en las cabezas de los más chicos y el contagio se da de manera muy simple: de cabeza a cabeza, o a través del intercambio de objetos personales.

• “Los pediculicidas no tiene poder residual por lo cual no ofrecen protección contra la reinfección. Lo fundamental es comprender y explicar a cuidadores y padres cómo se aplican estas drogas ya que el éxito del tratamiento depende en gran parte de ello. Los piojos tardan siete días en desarrollarse, desde que son depositados los huevos hasta que aparece el parásito adulto. Por ello, debe repetirse un nuevo ciclo de tratamiento con una semana de intervalo”, dicen desde el Clínicas.

• ”Usar el peine fino embebido en vinagre, con el cabello desenredado, primero a contrapelo (para desprender las liendres) y luego a pelo para arrastrarlas”, aconsejan desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).

El peine fino embebido en vinagre, todos los días.

• Revisar a diario el cabello y el cuero cabelludo, en especial detrás de las orejas y en la nuca.

• Usar el pelo recogido.

• No compartir elementos de uso personal (peines, vinchas, gorros etc). Desinfectarlos sumergiéndolos en agua caliente (> 55 ºC).

• Es conveniente revisar a todos los miembros de la familia y tratar únicamente a aquellos que tengan liendres o piojos adultos.

• Prendas de vestir, sombreros, toallas, almohadas, juguetes de peluche deben lavarse separadamente y exponerse al calor del secado por al menos 20 a 30 minutos. También se les puede colocar previamente spray de permetrina.

• Usar tratamientos sólo indicados por el médico. Evitar medidas y tratamientos agresivos como el uso de derivados del petróleo (kerosene) y productos de uso veterinario (pipetas). Su efecto es tóxico y perjudicial para la salud del niño y de las embarazadas.