SEMANA DE MAYO POR DANIELA IBAÑEZ


Se aproxima la tan recordada semana de mayo y celebraremos una vez más el aniversario de la Revolución de mayo de 1810, que desti­tuyó al virrey español Baltasar Hidalgo de Cisneros e instituyó el pri­mer gobierno autónomo de las Provincias Unidas del Río de la Plata: la Junta Provisional de Gobierno o Primera Junta.

La Semana de Mayo comienza el 18 porque, ese día de 1810 el virrey Cis­neros publicó una proclama infor­mando a los vecinos de la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, que el Consejo de Regencia de Cádiz en España, estaba por caer ante el avance de las tropas de Napoleón Bonaparte, emperador de Francia, quien tenía prisionero al rey de España, Fernando VII. – El Consejo de Regencia que había reemplazado a la disuelta Junta Cen­tral de Sevilla, no estaba reconocido oficialmente en América.
Como estaba muy próxima la ocu­pación de toda la Península Ibérica, hacía temer en Buenos Aires, por el futuro de los territorios españoles en nuestro continente, ya que, dueño de España, Napoleón Bonaparte preten­dería también sus colonias.
Ante las inquietantes noticias lle­gadas de Europa, el virrey Cisneros recomendaba en su proclama a la población, que conservara la tran­quilidad.
Su recomendación no fue oída por­que los criollos comprendían la ne­cesidad de actuar sin demora para prevenir las graves consecuencias de los sucesos europeos.
Los más valientes y decididos se reunieron para deliberar en secreto (como lo habían estado haciendo an­tes de esa fecha, en la casa de Mi­guel de Azcuénaga, en la quinta de Nicolás Rodríguez Peña y en la fá­brica de jabón de Hipólito Vieytes). Resolvieron solicitar a las autorida­des la urgente convocatoria del Ca­bildo Abierto o Congreso General de los principales vecinos de la ciudad. Cornelio Saavedra, Manuel Belgra­no y Juan José Caste­lli fueron designados para entrevistar, con ese fin, a Juan José Lezica, alcalde de primer voto, y al sín­dico Julián de Leyva.
El virrey Cisneros trató de impedir el Cabildo Abierto, pero se vio obligado a au­torizarlo ante la pre­sión de los criollos.
18 de mayo
El virreinato del Río de la Plata era go­bernado por el vi­rrey Don Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien alarmado por las noticias que lle­gaban de España, le pidió al pueblo a través de una procla­ma que se mantenga fiel al rey de España. El pueblo sabe que la situación po­lítica en España es grave, las tro­pas de Napoleón Bonaparte habían invadido casi todo el territorio es­pañol. El rey Fernando VII conti­nuaba prisionero de los franceses. Por ello los patriotas se reunieron con Cornelio Saavedra, Jefe del Re­gimiento de Patricios, considerando que el momento de llevar a la acción sus ideas revolucionarias había lle­gado.
19 de Mayo
Los Patriotas comisionan a Castelli para presentarse ante el síndico pro­curador Julián de Leiva, y por otro lado a Belgrano y Saavedra a que se apersonaran ante el Alcalde en Primer Voto Juan José Lezica, para solicitar que, con la aceptación del Virrey Cisneros, fuera convocado un Cabildo Abierto para que deliberara el pueblo sobre su destino.
20 de mayo
Enterado de la petición, el Virrey se reunió con las Fuerzas Milita­res y Saavedra no fue lo suficiente­mente enérgico en su posición, por lo que Cisneros no resolvió nada. Los revolucionarios enviaron a Mar­tín Rodríguez y Castelli, quienes-haciendo caso omiso de la cólera del virrey- lograron que aceptara convo­car a Cabildo Abierto.
21 de mayo
Se efectúa la reunión de Cabildo ordinario. Cuando los regidores se enteraron de las gestiones realiza­das en la víspera, por nota solicitan al virrey una autorización para reali­zar la asamblea. Al recibir respuesta favorable mandan confeccionar 450 invitaciones que se dirigieron a los principales vecinos de la ciudad.
22 de mayo
Se hicieron presente en el edificio del Cabildo de Buenos Aires, 251 de los invitados. El debate fue largo y su tema principal fue la conveniencia del cese del virrey en sus funciones y de la formación de una Junta de Gobierno.
La votación terminó muy avanzada la noche. El escrutinio se realizó al día siguiente y se puso de manifiesto la voluntad de la mayoría que consi­deraba conveniente la destitución del virrey, quien sin el apoyo del Con­sejo de Regencia carecería de auto­ridad para oponerse a las ambiciones de Napoleón en el Río de la Plata, y se pedía el reemplazo por un gobier­no local.
Con la esperanza de burlar esa deci­sión, los miembros del Cabildo ordi­nario nombraron una junta presidida por el virrey Cisneros.
Ante el rechazo del pueblo y la re­nuncia de dos de los cinco nombra­dos, esa junta fue disuelta.
23 de mayo
Como el Cabildo terminó muy tarde, el escrutinio se realizó al día siguien­te, y puso de manifiesto la voluntad de la mayoría que era que el virrey fuese reemplazado por un gobierno autónomo.
24 de mayo
Los miembros del Cabildo ordinario pretendieron eludir la decisión nom­brando una Junta de cinco miembros, entre ellos el virrey Cisneros como presidente. El pueblo rechaza esta actitud y finalmente renuncian dos de los nombrados, el virrey disolvió la flamante Junta y presentó su re­nuncia en forma verbal.
¡Y llegó el 25 de mayo! 
Desde horas muy tempranas los ve­cinos se reunieron en la Plaza de la Victoria (actual Plaza de Mayo) para exigir a losmiembros del Cabildo or­dinario el cumplimiento de lo resuel­to por el Cabildo Abierto.
Por último el Cabildo cede y el secre­tario da lectura a los integrantes de la Primera Junta de Gobierno:
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Presidente: Cornelio Saavedra
Vocales: Juan José Castelli, Ma­nuel Belgrano, Miguel de Azcué­naga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea
Secretarios: Juan José Paso y Ma­riano Moreno.
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A las tres de la tarde los miembros de la Primera junta juraron, en la sala capitular “desempeñar lealmente el cargo, conservar íntegra para esta parte de América a Nuestro Augusto Soberano el señor don Fernando VII y sus legítimos sucesores y guardar puntualmente las leyes del Reino.
Una vez finalizada la ceremonia, los miembros de la Junta se trasladaron a la sede de la autoridad en el fuerte.
El 25 de mayo el pueblo de Buenos Aires se reunió desde horas tempra­nas en la Plaza de la Victoria, actual Plaza de Mayo, frente al Cabildo, para exigir el cumplimiento de su vo­luntad a los cabildantes que estaban deliberando en el interior. Los más decididos entraron al edificio.
El virrey Cisneros envió su renuncia. Los cabildantes recibieron una nota firmada por más de 400 personas, con los nombres de nueve destacados vecinos propuestos para integrar el futuro gobierno y decidieron apro­barla.
En la tarde de ese mismo día, pres­taron juramento los miembros de la Junta Provisional Gubernativa – Pri­mera Junta, que quedó conformada de la siguiente manera:
Presidente: Cornelio Saavedra
Secretarios: Juan José Paso y Ma­riano Moreno
Vocales: Juan José Castelli, Ma­nuel Belgrano, Miguel de Azcué­naga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea.
Una vez realizada la histórica cere­monia, el presidente Cornelio Saave­dra exhortó al pueblo a “mantener el orden, la unión y la fraternidad”.
Seguidamente todos los miembros de la Primera Junta se trasladaron al Fuerte para asumir sus cargos.
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