Los Diaguitas.Historia... Milagro Chico

Diaguita es la denominación runa simi (quechua) con etimología aymara,1divulgada luego por los españoles, de un conjunto de pueblos independientes con un idioma común, el cacán; ellos se autodenominaban pazioca o paccioca, Boman consideraba que los que vivían al oeste de los Andes eran llamados chili. 
En el NOA y en el Norte Chico chileno; especialmente en los argentinos Valles Calchaquíes, a partir de 850, los diaguitas desarrollaron una cultura de gran riqueza, que, arqueológicamente se corresponde con la Cultura Santa María. Vivían en poblados organizados, usaban metales y eran alfareros. 
Inicialmente opusieron resistencia a la conquista Inca (1471 a 1533); luego, en Argentina, lograron resistir más de cien años el avance de los españoles: Guerras Calchaquíes, en las que se destacaron los jefes Kipildor o Quipildor, Viltipoco (1561), Chelemín, Juan Calchaquí, Koronhuila (llamado por los españoles "Coronilla" ) e incluso el curioso aventurero andaluz "Bohórquez" o Pedro Chamijo. 
Ubicación 
Habitaban los cerros y valles del noroeste de Argentina-(NOA), en las provincias de Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, norte de San Juan, extremo noroeste de Córdoba (Argentina) y el Norte Chico de Chile, en los valles transversales de las regiones de Atacama y Coquimbo teniendo al oeste de los Andes como límite aproximado el río Choapa. Aún se conservan restos de sus ingeniosas construcciones llamadas por los quechuas púkara (mejor que pucará) como la Ciudadela de los Quilmes, en Tucumán, Tolombón, Chicoana, Tilcara, Atapsi y Fuerte Quemado en Salta, etc. 
Los diaguitas llegaron desde el actual Noroeste Argentino al Norte Chico chileno hacia los siglos V y VI reemplazando al complejo agroalfarero de Las Ánimas, distribuyéndose en un área ubicada entre los paralelos 27º S (límite septentrional aproximado) y el 32º S (límite meridional aproximado), poblando los valles de Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí, Casapa y Choapa, limitando en esta zona, al norte con los atacameños y al sur con los picunches. Las relaciones entre los "diaguitas orientales" o argentinos y los "diaguitas occidentales" o chilenos eran fluidas tal cual lo demuestran los hallazgos de restos de moluscos y mariscos procedentes de las costas chilenas en los yacimientos argentinos y la decoración de las cerámicas con fauna típica argentina (yaguar, ñandú, quirquincho etc.) en los yacimientos chilenos.[cita requerida] 
Historia 
La conquista inka de los valles aledaños y ciertas zonas de Mendoza fue realizada mayormente por los diaguitas bajo mando de los inkas, fueron Diaguitas quienes se instalaron con los mitimaes para enseñarles a sus vecinos los métodos de alfarería y metalurgia inka. Igualmente diaguitas realizaban labores de importancia para el imperio cuzqueño, como la minería. Todo esto llevó a una mayor valoración por sobre los otros pueblos dominados del Collasuyo[cita requerida]. 
Cuando comenzó la conquista española, 1561, formaron un gran ejército al mando de Juan Calchaquí logrando rechazar a los invasores hasta Santiago del Estero. Pero en 1665 los conquistadores, que habían fundado varias ciudades a modo de cerco (la fundación de la ciudad de Jujuy cerró tal cerco por el Norte), lograron vencerlos. Para evitar rebeliones, los españoles dividieron y desarraigaron a los diaguitas. Por ejemplo la mayor parte de los integrantes de la parcialidad de los quilmes, fueron obligados a caminar desde Tucumán hasta Buenos Aires, más precisamente hasta la localidad que hoy lleva su nombre. 
Así, prácticamente todos los diaguitas que resistieron a la invasión española fueron desarraigados o deportados al concluir la Guerra Diaguita (o Guerra Calchaquí), algunas parcialidades fueron tratadas con algo más de indulgencia al no haber participado en tal conflicto, tal es el caso de los Amaicha, los cuales pudieron así permanecer en sus territorios ancestrales (en el sector de Valles Calchaquíes correspondiente a la provincia de Tucumán). 
Cultura Diaguita 
Aunque sus orígenes difieren de los pueblos andinos (los diaguitas tenían linajes huárpidos, pampidos y andinos); al menos a partir del llamado horizonte Tiawanaku recibieron importante influjo cultural (religioso, estilos de cerámica etc) desde los Andes Centrales -es decir, desde la región andina ubicada entre los 20ºS y la línea del Ecuador-. 
Aunque de culturas muy similares, por algunos rasgos, en especial lingüísticos, muchos etnógrafos hacen una separación de los diaguitas propiamente dichos respecto a los atacamas (o alpatamas de lengua cunza -emparentada a la lickan-antay) habitantes de la Puna, los humahuaca u omaguacas, los lípe y tomata -de lengua lickan-antay- (habitantes de las sierras de Tarija y el norte de Jujuy), los capayán habitantes del sureste de La Rioja y norte de San Juan y los olongastas habitantes del sudeste de la Provincia de La Rioja y el Oeste de la Provincia de Santiago del Estero y extremo noroeste de la Provincia de Córdoba. 
Idioma 
El idioma del pueblo diaguita era el kakán, que según las fuentes se lo llama también kaká, caca, kaka y chaka. Es una lengua actualmente extinta, de la que se conservan topónimos y otras escasas palabras en el habla coloquial de los habitantes de las zonas del norte de Chile, Argentina y sur de Bolivia. 
Se hablaba en los Valles Calchaquíes de Salta y Tucumán, toda Catamarca, gran parte de La Rioja, parte oeste de Santiago del Estero ( la sierra y el Río Dulce) y norte de San Juan (río Bermejo, Jáchal y Valle Fértil ) y, en mucha menor medida, en el extremo noroeste de Córdoba. 
Los sacerdotes Alonso de Barzana y Pedro Añasco compusieron hacia 1590 preceptos gramaticales y vocabularios; Barzana también escribió doctrina cristiana, catecismo, homilías, sermones, confesionario y plegarias en kakán, pero nunca llegaron a ser publicados. Otros sacerdotes también conocieron esta lengua. 
Existe actualmente un único documento en donde alguien afirma haber tenido conocimiento directo de la existencia de la lengua kakán, que es la carta del Padre Alonso de Barzana de la Compañía de Jesús a su Provincial, fechada en Asunción del Paraguay en 1594. 
El mismo sacerdote en una carta al Padre Juan Sebastián del 8 de septiembre de 1594 escibió: "La caca usan todos los diaguitas y todo el valle de Calchaquí y el valle de Catamarca y gran parte de la conquista de la Nueva Rioja y los pueblos casi todos que sirven a San Tiago, así los poblados en el río del Estero como otros muchos que están en la sierra". 
El hecho de la completa desaparición de la lengua kakán a fines del siglo XVII, sin que haya quedado ningún registro a pesar de ser considerada una lengua general en la zona, hace pensar a historiadores como Rumi Ñawi, que en realidad se trataba de una variante del quechua (para otros del aymara) llegada a la región previo a la conquista inca del territorio, debido a la evidente fisonomía quechua de muchas de las voces atribuídas al kakán.
Sin embargo, muchos otros estudiosos como Ricardo L. J. Nardi, no están de acuerdo con esto y la consideran una lengua diferente. 
En 1770 una Real Cédula ordena que se pongan en práctica medios para conseguir que se extingan los diferentes idiomas indígenas y que sólo se hable castellano, lo que apuró la extinción. 
Sociedad 
Las comunidades eran gobernadas por un jefe político y militar. Pero para heredar el cargo, no bastaba con ser el hijo del jefe: el heredero debía demostrar que tenía condiciones para mandar, de este modo a la llegada de los españoles, el territorio diaguita se encontraba dividido en jefaturas y señoríos. El jefe era polígamo, pero el resto de la población era monogámica. No había clase sacerdotal, como sí la había entre los quechuas o aztecas. Pero cada pueblo tenía un sacerdote "chamánico" que se encargaba de los ritos, las ceremonias religiosas y la salud de la población. 
Parcialidades 
En el siglo XVI se encontraban divididos en parcialidades las cuales muchas veces llevaban el nombre de su linaje principal, linaje que ejercía el señorío- como la de los kilme ( "quilmes" ), amaichas, abaucanes, tucumanaos (tucumanahos), capayanes, hualfines, olongastas, ambargastas, pulares, aimogastas, guandacoles, wamatinaj (famatinas o famaifiles), tinogastas, calchaquíes, tolombones, yocaviles, chilis, ingamanas (incamanas o encamanas), culampajaos, andalgalás, tucumangastas, aconquijas, huaschaschis, huasanes, pomanes, colpeños, belichas, palcipas (paccipas), mutquines, sijanes, sahuiles (saujiles), pituiles, huatungastas, mayupucas, fiambalaos, choyanos, motimogastas, polcos, autigastas, sitguagastas, collagastas, ovantas, etc. 
Al este de los Andes, es decir en el actual noroeste argentino cobraron fama las siguientes parcialidades paziocas ( usualmente llamadas "diaguitas" ): 
• Amaichás 
• Calchaquíes. 
• Capayanes 
• Hualfines 
• Olongastas 
• Quilmes 
• Tolombones 
• Yacampis 
En la región al oeste de los Andes se habla de los: 
• Chili (nombre acaso dado por los aymara). 
Y se supone oesteandino el origen de los kilme (quilmes). 
Organización 
Ántes de la invasión Inka, los Diaguitas se establecían en pequeñas aldeas, cada cual era totalmente independiente de la otra, por lo que cada una poseía un jefe. Posterior a la llegada de los Inkas los valles fueron divididos en dos señoríos, el interior y el costero, bajo el mandato de un Kuraka designado por los Inkas. 
Agricultura y ganadería 
El jefe repartía las tierras y organizaba la construcción y el cuidado de las terrazas de cultivo en las laderas de las montañas. Se trabajaba la tierra en común y se guardaba parte de la cosecha en los depósitos comunales. Cultivaban zapallo, quinua, kiwicha, porotos, ajíes, papa ( "patata" ) y maíz y recolectaban frutos silvestres, como los del algarrobo, chañar, y copao, además de algodón para elaborar los trajes. Con el "taco" u algarrobo criollo, los diaguitas cubrían varias de sus necesidades básicas. Usaban la madera como leña o para la fabricación de enseres; de la corteza y de la raíz obtenían tinta para teñir lanas y telas, y de sus frutos hacían harina para cocinar un pan llamado patay. También preparaban la bebida aloja, parecida a la cerveza o la refrescante añapa. 
Para asegurar el riego de sus cultivos elaboraron una serie de canales de regadío. La papa y la quínoa (otra planta nativa) eran sembradas en las zonas más altas (en terrazas y andenes de cultivo) 
También criaban llamas y alpacas, sobre todo en las zonas altas y frías. La mayor parte del año se dedicaban a la ganadería, pastoreo de camélidos, de los cuales obtenían carne (la cual era secada al sol para obtener charqui), lana y huesos que usaban en la confección de herramientas, también eran usados para el transporte de carga. El pastoreo era realizado casi todo el año en las orillas del valle y en verano, al retirarse las nieves, solían ocupar los pastizales cordilleranos. 
El mar proveía de una buena parte de la dieta habitual de los diaguita de Chile, mariscos, peces y mamíferos marinos formaban parte de la alimentación habitual. Desarrollaron balsas de cuero de lobo marino para incursionar mar adentro y poder cazar peces mayores e incluso ballenas 
Actualmente la zona donde ellos habitaban es casi un desierto. Los estudios de Ana María Lorandi, sobre los paziocase, ntre otros revelan que los actualmente muy áridos cuando no, directamente desérticos, territorios que poblaron los paziocas eran, hasta casi el 1600, zonas fértiles en gran parte pobladas por bosques de "algarrobo" (Prosopis nigra), la desertización fue consecuencia inmediata de la invasión española: en primer lugar los españoles talaron o incendiaron las tierras para derrotar mediante el hambre a los paziocas, una vez derrotados estos pueblos originarios, los conquistadores introdujeron masivamente caprinos y ovinos que llevados a una práctica de sobrepastoreo en el transcurso de dos siglos transformaron los vergeles en eriales. 
Alfarería 
Los diaguitas eran diestros alfareros. Cada familia fabricaba sus ollas, cántaros y vasijas. Además, había artesanos especializados que realizaban, por ejemplo, las urnas funerarias, donde los diaguitas enterraban a sus muertos. Algunas de estas urnas decoradas, se han conservado y son expuestas en museos, en la zona actualmente chilena su cerámica recibió influjos culturales procedentes de culturas que habitaron el actual litoral al norte de la región, por este motivo su cerámica suele tener formas antropomorfas y zoomorfas ("ánforas-pato" etc.). 
El museo franciscano "Inca-Huasi" de la provincia de La Rioja (República Argentina), guarda piezas excepcionales de cerámica diaguita. Fue construido por fray Bernardino Gómez en 1926, y es uno de los más importantes de latinoamérica en su especialidad.- 
Religión 
Las cerámicas duales apuntan hacia la creencia de la existencia de dos mundos en las cuales los chamanes son el nexo. 
En la mitología diaguita, entre las divinidades y seres mitológicos más importantes, encontramos al Llastay o Coquena, la Yacurmana, el Pujllay o Pusllay, Huayrapuca; además del Chiqui que es una deidad del territorio del Perú, que se arraigó entre los diaguita-calchaquíes; y de Inti y Pachamama, cuyos cultos fueron impuestos desde el reino incaico. 
Espiritualidad y Cementerios 
Tallaban menhires (monumentos monolíticos colocados en forma vertical) para rendir culto a sus antepasados, los menhires del noroeste argentino, como otras construcciones similares son itifálicos y se asociaban con cultos estacionales de la fertilidad, estos monumentos ya eran erigidos por la precedente Cultura Tafí. 
Los diaguitas, por la preocupación mostrada en sus entierros, mostraban una preocupación por una vida post-muerte en la cual el llama tiene un papel primordial. Con la llegada de los Inkas se trajo la tradición de hacer altares en los cerros más altos del valle, como es el caso del cerro Las Tórtolas (6.332 msnm) 
Los entierros diaguitas son la mayor fuente de información sobre esta cultura. Los cuerpos eran colocados en espacios rectangulares protegidos por 5 piedras lajas en cada costado y en la parte superior. Es habitual encontrar a los cuerpos acompañados de llamas o guanacos sacrificados, sus pertenencias, utensillios de cerámicas, metal o hueso, y en casos especiales eran enterrados con sus esposas y con parte de los dedos de otras personas. La deformación craneal era una práctica extendida dentro de la etnia, pero no provocó efectos tan negativos. 
Los cuerpos eran colocados flectados, acostados de forma lateral y en orientación este-oeste, la cabeza estaba en la posición oriental del sepulcro.

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