LA ODISEA
Y mientras el fulgor y el calor del astro mayor se ahogaban en las profundas aguas del Pacífico;
y las mujeres gozaban de un hermoso atardecer y una imponente puesta de sol.
Los infantes creíamos haber encontrado nuestro verdadero hábitat, pues no queríamos salir del Mar!
Mas nada se puede hacer contra la voluntad de las mayorías; nosotros nos
queríamos quedar para siempre; ellos se sabían obligados a una pronta
partida!
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