EL POETA A CABALLO
¡Qué tranquilidad violeta, por el sendero, a la tarde! A caballo va el poeta... ¡Qué tranquilidad violeta! La dulce brisa del río, olorosa a junco y agua, le refresca el señorío... La brisa leve del río... A caballo va el poeta... ¡Qué tranquilidad violeta! Y el corazón se le pierde, doliente y embalsamado, en la madreselva verde... Y el corazón se le pierde... A caballo va el poeta... ¡Qué tranquilidad violeta! Se esté la orilla dorando... El último pensamiento del sol la deja soñando... Se está...