¿Qué vas a leer con tu hijo esta noche? Nueve libros ilustrados para chicos en vacaciones
Esta semana seleccionamos nueve títulos para disfrutar en las vacaciones: todos con bellísimas ilustraciones y de géneros variados. Hay cuentos, novelas cortas, ciencia divertida, poesía y novela gráfica sin palabras
VIERNES 29 DE DICIEMBRE DE 2017 • 09:30
Natalia Blanc
LA NACION
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Para los más chicos
Pedro y los lobos, de Mario Méndez (Loqueleo). Todo marchaba de lo más normal ese verano en Mar del Plata hasta que un día desaparecen los famosos lobos marinos de la rambla. ¿Y ahora con qué fondo se van a sacar fotos los turistas de vacaciones? Un gran misterio que sorprende a los habitantes de la ciudad. Pedro, que tiene diez años y trabaja de canillita cuando no tiene clases en la escuela, está dispuesto a resolver el caso. Para eso, investiga, hace preguntas y no se conforma con las teorías fantásticas que escucha por ahí. Recomendado para: disfrutar de un tirón una noche de verano.
Saltando por el bosque, de Adela Basch (Edelvives). Un cuento para primeros lectores ilustrado por Cecilia Varela. En un enorme campo verde viven conejos de todos colores que no conocen otro lugar más allá de ahí. En un campo cercano muy florido viven muchísimas mariposas de distintas formas y tamaños que tampoco han conocido otro lugar. Un día, una mariposa colorada voló y voló y, sin darse cuenta, fue a parar al prado de los conejos. Y todo se complicó, pero al final no fue para tanto. Recomendado para: entender de manera divertida diferencias y costumbres entre vecinos.
¿Por qué se derritió el helado?, de Ariela Kreimer (¡Achís!). A partir de las preguntas de Sarah, una nena inquieta y curiosa, la autora cuenta a los lectores cuestiones complicadas de manera muy sencilla: cómo pasa la materia de sólido a líquido con un sabroso helado o un hielo como ejemplos. También, por qué otras cosas, como sus juguetes, no se derriten. Para comprobarlo, Sarah hace algunos experimentos caseros. De la colección Ciencias para niños, con ilustraciones de Paula Socolovsky. Recomendado para: aprender jugando.
¡A la playa!, de Hunter Reid y Stephanie Hinton (El Ateneo). Un librito encantador para los más chiquitos. De formato cuadrado, tapa dura y colores flúo, invita a jugar con la arena, el agua y objetos de playa como baldes y palitas. Es un día de sol espectacular, ideal para descubrir jugando animales marinos como la estrella el mar, el hipocampo, la langosta y los corales. Recomendado para: pequeños exploradores.
Para los más grandes
Mira adentro, de Istvansch (Ediciones del Eclipse). El nuevo libro del autor e ilustrador invita a mirar hacia adentro. Adentro de recipientes como una azucarera y objetos como un zapato y adentro de cada uno. Con un texto que apela al discurso de la televenta ("¡Llame ya! Si compra dentro de los próximos cinco minutos se lleva, gratis, un estuche"), cada entrada está ilustrada por una foto. Ese recurso vuelve novedoso al álbum, ya que Istvansch suele trabajar con collages y dibujos. Recomendado para: divertirse sin parar con un libro original y delirante.
Los tres manzanos, de Gerhard Oberländer (Niño Editor). Tres manzanos de colores distintos (rojo, verde y amarillo) dan sus frutos a pesar de algunos contratiempos. Una fábula sin metáforas sobre el paso del tiempo y el ciclo de la vida en la naturaleza. El texto original fue publicado por primera vez en Frankfurt en 1958. Esta edición, rescatada del olvido por los editores de Niño, fue traducida del alemán por el dramaturgo Rafael Spregelburd. Recomendado para: almas sensibles y poéticas.
La cosa perdida, de Shaun Tan (Calibroscopio). Un chico encuentra una "cosa" tirada en una playa. Aunque no sabe qué es (el lector tampoco) enseguida establece un vínculo cercano y afectivo con esa "cosa" rara. Australiano descendiente de chinos, el autor e ilustrador Shaun Tan ganó en 2011 el premio de literatura infantil Astrid Lindgren. Este precioso álbum ilustrado es ideal para los que se disfrutan de las historias con humor y pocas palabras. Bonus track: otro gran libro del autor es Emigrantes (también editado en el país por Calibroscopio), una novela gráfica muda sobre la emigración.
El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde (unaLuna). Una versión del cuento de Wilde, ilustrada por Barbara Brun. El álbum, de formato gigante y tapa dura, tiene ilustraciones a toda página. Además, incluye los "archivos Canterville": bocetos y estudios de los personajes realizados por la ilustradora. Una visita al laboratorio creativo del libro que se remata con un retrato del autor irlandés. Recomendado para: conocer un gran texto presentado en forma súper atractiva.
Las palabras, de Nicolás Bianco-Levrin y Julie Rembauville (Pípala). Un álbum del autor y diseñador francés que narra una historia con imágenes. Las únicas palabras que aparecen son indescifrables. Pero no importa. Son palabras prohibidas por un rey pero que, un día, alguien comienza a utilizarlas. El relato se completa, cuadro a cuadro, siguiendo los pasos de unos personajes inquietantes presentados como siluetas negras. Recomendado para: los que pueden leer entre líneas, más allá de los textos.
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