Las primarias porteñas, otra vez con resultados pobres en una prueba internacional de lectura
Es la primera vez que CABA participa de forma independiente en una edición de las PIRLS, una de las evaluaciones más respetadas a nivel mundial
MIÉRCOLES 06 DE DICIEMBRE DE 2017
Luciana Vázquez
PARA LA NACION
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París.- Hoy, a las 10 de la mañana hora de París (6 de la mañana, hora local), en la oficina central de UNESCO -ubicada en la "rive gauche" del Río Sena, a pocas cuadras de la Torre Eiffel- se inició la presentación mundial de los resultados de una de las evaluaciones internacionales de aprendizaje más respetadas a nivel global. Se trata de las pruebas PIRLS, por sus siglas en inglés, el Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora cuya edición 2016 se llevó adelante en 50 países y en 11 ciudades y provincias de distintos continentes.
Ciudad de Buenos Aires (CABA) y Chile son los dos únicos sistemas educativos de América Latina que fueron evaluados. Y los resultados llegaron para preocupar. De los 61 sistemas educativos evaluados, 45 muestran mejores desempeño que CABA, cuyos resultados la ubicaron en la posición 46 del ranking. Chile quedó ubicada en el puesto 44. Cabe destacar, así, que en otras pruebas internacionales como las polémicas pruebas PISA, que implementa la OCDE, los logros de CABA también suelen estar por debajo de los niveles de aprendizaje alcanzados por Chile como país.
En las PIRLS, los alumnos de cuarto grado de la Ciudad obtuvieron un puntaje promedio de 480 puntos en comprensión lectora y Chile, de 494 puntos. Con estos valores, ambos quedaron por debajo de los 500 puntos fijados como referencia comparativa por la Asociación Internacional para la Evaluación de los Logros Educativos (IEA, por sus siglas en inglés): una organización internacional independiente en la que converge el trabajo de instituciones científicas, organizaciones gubernamentales dedicadas a la investigación, académicos y especialistas de distintos países.
Para la IEA, entre 400 y 474 puntos se considera un nivel bajo de desempeño; de 475 a 549 puntos, un nivel intermedio; de 550 a 624 puntos, un nivel alto y más de 625 puntos, un nivel avanzado. Un dato significativo surge cuando se distinguen los puntajes según se trata de comprensión lector a la hora de afrontar textos de ficción o de encarar lecturas con fines informativos. Los chicos de cuarto grado de CABA se mostraron más seguros en su experiencia lectora literaria, donde obtuvieron 484 puntos, mientras que el nivel alcanzado en la lectura con propósito informativo fue de 475 puntos.
Desde Buenos Aires, Tamara Vinacur -la Directora Ejecutiva de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa del ministerio de Educación porteño- comentó a LA NACION: "Estos resultados nos indican que los procesos que se mostraron más logrados fueron los relativos a la localización y recuperación de información explícita. Esto podría dar cuenta de que el trabajo de relectura y vuelta al texto sería una práctica frecuente en las aulas. Y nos señala también un camino a seguir: profundizar el trabajo con las inferencias y las interpretaciones de texto".
¿Qué son las pruebas PIRLS?
PIRLS, como las pruebas PISA, es una prueba estandarizada que plantea que todos los alumnos evaluados realicen el mismo examen a partir de preguntas de opción múltiple y de preguntas de respuesta abierta, para desarrollar, que aportan mayor puntaje. El objetivo es diagnosticar la capacidad de comprensión lectora que, según los expertos de la IEA, la escuela debería contribuir a formar en algunos procesos centrales típicamente usados por los alumnos de cuarto grado: hacer foco y recuperar información explícita en un texto, interpretar e integrar ideas en el texto y, finalmente, evaluar y hacer una análisis crítico del contenido y los elementos textuales.
Pero a diferencia de las pruebas PISA -más resistidas por los especialistas en educación por darle más espacio a los lineamientos del sector productivo- las de la IEA, que evalúan competencias alineadas con objetivos educativos específicos de cada país, cuentan con mayor respaldo.
Puntualmente, las pruebas PIRLS evalúan a alumnos de cuarto grado de primaria para determinar cuál es el nivel de comprensión lectora con propósitos literarios e informativos. ¿Por qué la decisión de evaluar a alumnos de este grado? "Llegada esta etapa de su escolarización, los alumnos ya han aprendido cómo leer y ahora están leyendo para aprender", se explica en el informe de resultados de PIRLS 2016 divulgado hoy.
En esta edición, fueron evaluados 319 alumnos de cuarto grado de 12 mil escuelas públicas y privadas de todos los países participantes, además de 16 mil maestros y 310 mil padres, que también respondieron cuestionarios para aportar información acerca de cómo aprenden los chicos en clase y cómo contribuyen sus familias y hogares.
Lectores argentinos, ¿en riesgo?
Argentina no se presentó a la edición 2016 de las PIRLS. Sí lo hizo en 2001 -en la primera ronda de esta evaluación que se tomó, desde entonces, cada cinco años- en el 2006 y 2011. En aquel 2001, se presentaron 35 países y Argentina, con 420 puntos, quedó ubicada en la posición 31, por debajo de Colombia, el otro país latinoamericano evaluado entonces.
En el caso de CABA, esta es la primera vez que participa de una edición de PIRLS de forma independiente. La prueba se tomó en noviembre de 2015, es decir que la política educativa evaluada es la desarrollada por la gestión del ex ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich.
En esta oportunidad, la muestra de alumnos porteños, representativa de todos los chicos de cuarto grado de CABA, incluyó a 4436 alumnos de 149 escuelas de la Ciudad: 78 de gestión estatal y 72 de gestión privada.
Aún con el peso que tiene la matrícula privada en la Ciudad, los resultados de CABA dejaron en claro que "la mayor proporción de los estudiantes pudo resolver satisfactoriamente aquellos ítems asociados al nivel de desempeño bajo". Así lo explica el informe de resultados de PIRLS que el mismo ministerio de Educación porteño dio a conocer hoy basado en el reporte internacional de la IEA.
De acuerdo con el informe local, el 83% de los porteños de cuarto grado, tanto de escuela pública como privada, puede resolver problemas de nivel bajo. Pero cuando los mismos alumnos intentan resolver problemas de nivel intermedio, el porcentaje de quienes lo logra baja al 55%. Y a la hora de enfrentarse a desafíos de comprensión lectora de nivel alto, apenas un 20% de los alumnos los resuelve. En el caso de problemas de comprensión lector de nivel avanzado, apenas un 3% de los alumnos porteños de cuarto grado sale airoso.
El panorama en Chile es también preocupante pero algo mejor que el argentino. Un 4% más de estudiantes que en el caso porteño está en condiciones de resolver problemas aunque sea de nivel bajo: el 87%. Un 61% logra superar desafíos de comprensión lectora de nivel intermedio; un 25% tiene logros en el nivel alto y solo un 3%, en el avanzado. Por lo tanto, queda claro que ambos sistemas enfrentan dificultades: son pocos los alumnos que pueden manejarse en niveles altos y avanzados.
¿Por qué resulta tan difícil avanzar hacia niveles altos de rendimiento? Vinacur tiene una hipótesis, que tiene que ver con la organización de los contenidos en la escuela primaria argentina y la falta de alineamiento con lo que evalúa la prueba PIRLS. Sostiene: "Muchos de los contenidos que formar parte de lo que en esta prueba se considera que pueden hacer los alumnos de nivel alto o avanzado forman parte de los contenidos propios del segundo ciclo de la escuela primaria en la Ciudad y PIRLS se toma en 4to grado, es decir, al inicio del 2do ciclo".
Queda una pregunta pendiente: ¿si se tomara un PIRLS en sexto grado, avanzado ya el segundo ciclo, el resultado mejoraría? Siguiendo el mismo razonamiento, Vinacur explica la divergencia en los resultados de lectura literaria e informativa: "La lectura de textos literarios acompaña la trayectoria escolar de los alumnos desde los inicios de la escolaridad formal. La de textos informativos también pero con mayor intensidad a partir del segundo ciclo de la escuela primaria". Aún con este panorama, Vinacur no cree que la solución sea aumentar la lectura de textos informativos en detrimento de los literarios.
Otro resultado significativo de CABA indica que el género condiciona los desempeños, a favor de las mujeres, con un puntaje promedio en PIRLS de 485 puntos contra 475 de los varones. Esta diferencia de género, según la IEA, se constata en todos los sistemas educativos, excepto Macao y Portugal, donde ambos géneros rinden igual.
Los otros dos sistemas educativos de habla hispana evaluados fueron la ciudad de Madrid y de Andalucía, en España. Ambas obtuvieron logros significativos: Madrid mostró un desempeño en lectura comprensiva de 549 puntos y Andalucía, de 525, lo que las dejó en los puestos 17 y 36 respectivamente.
Eclipse educativo
Como CABA y Chile, otros 16 sistemas educativos, tanto de países como de provincias o ciudades, tampoco lograron alcanzar la meta de situar sus niveles de desarrollo de comprensión lectora. Entre ellos, están países como Qatar, que obtuvo 442 puntos, o Egipto que, con 330 puntos, es el último del ranking.
El informe señala que hay una "brecha sustantiva" entre los países con sistemas educativos de alto rendimiento en lectura y aquellos de bajo rendimiento. CABA precisamente se ubica entre aquellos sectores cuyos logros están en los niveles bajos.
En cambio, los padres rusos de chicos de primaria pueden celebrar. Rusia "eclipsó", tal el verbo elegido por el reporte de resultado de las pruebas PIRLS elaborado por la IEA para describir la contundencia de su logro, al resto de los sistemas evaluados. Su puntaje promedio de comprensión lectora fue de 581, 81 puntos por encima del promedio fijado. Singapur, con 576 puntos, es el otro país que mostró resultados de lectura impactantes.
En ambos casos, únicos entre las varias decenas de sistemas que tomaron la prueba, más del 25% de sus alumnos de cuarto grado alcanzan los niveles "avanzados" de PIRLS, es decir que los chicos de cuarto grado son capaces de "interpretar, integrar y evaluar argumentos narrativos e información en textos relativamente complejos", según explica el informe de la IEA.
Otros sistemas educativos de alto desempeño son los de Hong Kong, con 569 puntos; Irlanda, con 567; Finlandia, con 566; Polonia, con 565, e Irlanda del Norte, que también alcanzó un promedio de 565. En estos casos, cerca de un 20% de sus alumnos tienen un desempeño avanzado.
Para tener una clara idea de la brecha entre el desempeño de CABA y el de países como Finlandia, que alcanzó 566 puntos, por ejemplo, es necesario entender que 45 puntos de PIRLS de diferencia equivalen a un año académico. Es decir que los alumnos de cuarto grado de CABA estarían cerca de dos años rezagados en comprensión lectora comparados con los chicos de Finlandia o un año y medio en relación a sus pares de Madrid, que logró 549 puntos.
Para elaborar esta equivalencia, la IEA se apoya en los casos de Noruega y Dinamarca que tomaron las pruebas PIRLS en tercero y en cuarto grado, donde se registró una diferencia de 46 puntos entre un año y otro, y luego entre cuarto y quinto grado, donde la diferencia fue de 42 puntos. De allí surgió la definición técnica de un año académico como equivalente a 45 puntos PIRLS.
CABA se presentó a las pruebas PIRLS y a una versión más fácil de PIRLS, PIRLS Literacy, "una versión diseñada para evaluar las habilidades fundacionales de lectura que son el prerrequisito para tener logros en PIRLS".
No se presentó en cambio en las ePIRLS, un set nuevo de pruebas lanzado por la IEA, para evaluar la lectura online. El objetivo: que los países puedan comprender si están haciendo las cosas bien para preparar a los alumnos para leer, comprender e interpretar información online.
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