¿Qué querés ser cuando seas grande? Gestor cultural


Ya no alcanza con ser artista ni con tener inquietudes creativas o intelectuales; hay unas 30 carreras de grado y posgrado, y en la última década se duplicó el empleo en el área
MARTES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2017
LA NACION
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Estudiar Gestión Cultural ha dejado de ser una excentricidad. La proliferación de iniciativas creativas públicas y privadas, corporativas o de autogestión junto al interés por la difusión cultural y el incremento de políticas y espacios destinados a la promoción artística han resignificado y legitimado el rol del gestor en este ámbito.
En dos décadas, la disciplina se institucionalizó y hoy cuenta con una oferta académica de más de treinta carreras de grado y posgrado, más unas cuarenta tecnicaturas superiores vinculadas al área, además de un nutrido número de cursos y propuestas formativas afines de diverso alcance. Los enfoques van desde la promoción del arte y sus lenguajes hasta la planificación en medios, la curaduría, la producción de espectáculos, la gestión del patrimonio o las políticas culturales.
Foto: LA NACION
Síntoma de la tendencia a privilegiar el saber hacer en la gestión del arte y la cultura son los datos del Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca): en la última década, se duplicó el empleo cultural y, solamente en 2014, se registraron unos 500.000 puestos de trabajo (el 3% del total del país), en ámbitos públicos y privados.
En forma paralela discurrió el aumento del número de estudiantes interesados en la profesionalización de estos saberes. Los datos del Ministerio de Educación muestran que Gestión Cultural ocupa el puesto 69 de 155 en un ranking de las carreras más estudiadas en la Argentina, flanqueada por viejas conocidas, como Filosofía, u otras de reconocimiento internacional por su desarrollo en el país, como Publicidad.
La figura del gestor se presenta como la de una persona capacitada para desarrollar proyectos culturales desde la organización económica y administrativa hasta lo curatorial y artístico. A diferencia de otro gestor, el cultural encuentra su razón de ser en el trabajo con el arte y otras expresiones desde un abordaje que requiere conocimientos específicos.
La Argentina cuenta hoy con miles de estudiantes del área circulando, "una masa crítica antes inexistente", señala Rubens Bayardo, doctor en Antropología y director de la Especialización en Gestión y Políticas Culturales de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).
Enrique Valiente, coordinador de la Licenciatura en Gestión del Arte y la Cultura de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), añade que "ya hace algunos años que se instaló en el campo cultural la necesidad de la profesionalización; no alcanza con la vieja idea de que basta con ser artista o con tener inquietudes culturales para poder gestionar".
Emiliano Jorge Covello, de 31 años, eligió este año la UADE para cursar la carrera. Estudió antes fotografía y le interesan las artes visuales. "Mi idea es gestionarme mi propio trabajo y que la carrera me dé herramientas para emprendimientos míos o conjuntos. Me interesa saber de curaduría y de la administración de colecciones, y conocer el funcionamiento de las galerías y del ámbito gubernamental educativo", dice.
La Dirección Nacional de Formación Cultural de la Nación, que dirige Juan Urraco, contabilizó el año pasado 14 carreras universitarias en gestión cultural con diversas denominaciones, ocho tecnicaturas universitarias, ocho especializaciones y maestrías con diversos puntos focales y distintos cursos de posgrado, además de unas 30 tecnicaturas superiores de institutos terciarios estatales y privados de distintas zonas del país. Hay modalidades presenciales, a distancia y online, y la mayoría de los alumnos son mujeres.
Esa dirección, que acaba de iniciar su tercer programa estatal de formación para 270 trabajadores públicos, tiene previsto, además, lanzar la primera maestría específica sobre gestión cultural pública del país. Urraco destaca que la Argentina es hoy "un polo de formación en gestión cultural a nivel iberoamericano", aunque "no existe un programa de capacitación específico para las instituciones públicas, por eso la maestría será un primer antecedente y avance institucional del sistema formal al respecto". Su mirada sobre los alcances va más allá: el director considera, además, que la especialización tiene que contribuir al desarrollo y a la reducción de la pobreza, estimular la creación a partir de la identidad e impulsar las industrias creativas de las distintas regiones.

De dónde venimos

"Casi todo el empleo se ha vuelto impredecible, y las artes y la cultura ya no son la excepción, por lo que esta opción se tornó atractiva", suma Rubens Bayardo, autor de una investigación sobre el desarrollo de la gestión cultural en el país. Explica que el término se implantó en los años 90 y durante estas dos décadas, junto a la figura del artista y el curador, aparece la del gestor cultural aludiendo a personas actuantes en museos, teatros, bibliotecas, centros culturales y otras instituciones. A partir de ese momento, se empieza a legitimar la ocupación y avanza su profesionalización, si bien inicialmente la formación no era un requisito y muchas autoridades del sector han sido personas consagradas de las artes y las humanidades o con vinculaciones personales o políticas, pero con poca experiencia en gestión. En los años 90, intervienen en el impulso de la gestión cultural diversas entidades y la atención comienza a centrarse en las industrias culturales, la planificación, la gestión de museos, el mecenazgo, los patrocinios y otros sectores. Estos temas comienzan a formar parte de la currícula de las propuestas formativas regladas; se difunden investigaciones, publicaciones, encuentros; y se crean asociaciones, redes, productoras, consultoras, industrias creativas y procesos autogestionados.
La formación superior en gestión cultural en la Argentina comenzó, entonces, a finales de siglo, bajo la influencia de la desarrollada en España y, en menor medida, del arts management anglosajón. Primero, con propuestas académicas más bien enfocadas a instituciones o proyectos puntuales en museos, teatros, ciclos de música y exposiciones de arte, ampliándose luego a la gestión de medios, contenidos, entretenimientos y videojuegos, lo cual alude a sectores de un mercado en expansión y con alta rentabilidad. El sector pasó de una formación no formal basada en cursos y programas de pocas horas a titulaciones universitarias.
Representantes de varias de estas carreras confirman la tendencia que refleja el aumento del alumnado, como la Untref y la Universidad Nacional de Mar del Plata, que fueron pioneras en la implantación de estudios de grado de gestión cultural en el país. Enrique Valiente señala que en la primera la carrera -creada en 1998- cuenta con unos 120 inscriptos anuales.
Laura Isabel Romero, directora del departamento de la Universidad de Mar del Plata, explica: "En su inicio, en el año 2000, tuvimos 450 alumnos, número que se sostuvo los primeros años. Luego la inscripción se estabilizó hasta hoy en 200 por la diversificación de ofertas, y actualmente atrae a alumnos de todo el país y del exterior en su modalidad a distancia".
Paula Imada regenta una galería de arte en Palermo. Es egresada de Untref y estudiar esta carrera le dio herramientas para desarrollar su proyecto y abrir este espacio. "Gestión Cultural tiene un panorama amplio y salida laboral en diversos campos", opina.
En la Unsam, el Diploma de Estudios Avanzados en Gestión Cultural se dicta desde 1999 y la Especialización en Gestión Cultural y Políticas Culturales comenzó una década más tarde. Rubens Bayardo, director de esta última, explica que "durante el boom de estudiantes latinoamericanos eran más de 40 y ahora rondan los 30".
En la UADE, la Licenciatura en Gestión del Arte se implementó este año. Su director, Alejandro Cappelletti, explicó a LA NACION que la propuesta "está focalizada en el universo del arte y sus dinámicas contemporáneas".
Micaela Bendersky, de 36 años, es jefa de exhibiciones temporarias en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y una de las nuevas alumnas de la UADE. Opina que, "en museos, no hay mucha oferta de gestores, la gente está preparada en conservación o historia del arte, pero hay una visión más clásica de la gestión. Yo me formo para tener más conocimientos de marketing, administración y recursos humanos, ya que muchas veces tengo que estudiar contratos y condiciones de otros museos. El gestor cultural trabaja con obras de arte, debe tener sensibilidad al tratarlas y saber lidiar con curadores y artistas".
Mercedes Castruccio egresó en Gestión Cultural en la Untref en 2014 y trabaja en el sector público. "Siempre fui consumidora de actividades artísticas y me interesaba estar del lado de la trastienda, aprender a organizar y saber más de políticas públicas. Es una carrera que abre muchas puertas y contribuye a ampliar el concepto de la cultura, más allá de la idea de las bellas artes, con un alcance más amplio e inclusivo."
En este escenario, queda claro que el lugar de la gestión cultural está mucho más allá de la programación de actividades artísticas, y en ese horizonte la formación profesional aparece como engranaje fundamental.

Los números que marcan la tendencia

30
Carreras de grado y posgrado
La oferta académica en gestión cultural tiene, además, unas cuarenta tecnicaturas superiores, sin contar cursos y seminarios de temáticas afines.
Dónde estudiar
La Universidad de Avellaneda, la de Mar del Plata, la Untref, la Unsam, la de Córdoba y del Nordeste, y las privadas USAL, del Museo Social Argentino y la UADE, entre muchas otras, tienen licenciaturas en la materia.
100%
En la última década se duplicó el empleo cultural
Según estadísticas del Sinca. Además, en paralelo, aumentó el número de estudiantes interesados en la disciplina, que ocupa el puesto 69 de un ranking con más de 150 carreras.

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