Pirámides de Egipto ... Valeria Masino
Fueron construidas hace miles de años, cuando no había
excavadoras ni grúas.
Pero aún hoy siguen maravillando al mundo –y
a la ciencia– por el enorme esfuerzo y el ingenio empleado en su construcción.
Para elevar sus imponentes pirámides, los
egipcios tuvieron que trasladar gigantescos bloques de piedra y estatuas de
toneladas de peso por el desierto, y lo hacían sobre grandes trineos de madera.
El enorme operativo que debieron desplegar
habla del gran conocimiento técnico y organizativo de esta civilización, que se
basó en métodos simples.
Los antiguos egipcios
tuvieron que transportar a través del desierto los enormes bloques de piedra
que forman sus pirámides.
Lo que acaban de descubrir los expertos en
física de la Fundación
para la
Investigación Fundamental sobre la Materia (FOM) y de la Universidad de
Amsterdam es que usaban un truco simple y efectivo para facilitar el paso de
los pesados trineos de madera cargados con piedras: humedecer la arena por la
que se deslizaban.
Al usar la cantidad adecuada de agua, dicen
los científicos, podían reducir a la mitad el número de obreros necesarios para
arrastrar los trineos.
"Demostramos de forma experimental que
la fricción deslizante sobre arena se reduce enormemente al añadir un poco
–pero no mucho- de agua", dice el estudio cuyo equipo de autores lideró el
profesor Daniel Bonn y cuyos resultados publica revista especializada Physical Review Letters.
Castillos de arena
Quienes hayan construido castillos de arena
podrán entender fácilmente lo que plantean los científicos: es prácticamente
imposible mantener la forma de un montón de arena seca, y es igualmente difícil
cuando la arena está demasiado empapada.
La clave está, como en los castillos de
arena, en la cantidad justa de humedad.
Y los investigadores sostienen que para
facilitar la tracción de los pesados trineos por el desierto, lo más probable
es que los egipcios hicieran justamente eso, mojar la arena frente al trineo.
Según han demostrado sus experimentos, la
humedad justa de la arena reduce a la mitad la fuerza necesaria para empujar un
objeto.
Sobre la arena húmeda
(derecha), el peso se deliza mejor.
En el laborartorio, crearon una versión del trineo
egipcio sobre una superficie de arena.
Allí determinaron la fuerza requerida y la
firmeza de la arena de acuerdo a la cantidad de agua presente en la arena.
Para medir la firmeza utilizaron un reómetro,
explican los científicos en un comunicado, que es un instrumento de laboratorio
usado para observar cómo fluye un líquido o una mezcla bajo la acción de
fuerzas externas.
Así vieron que la fuerza necesaria para mover
el trineo disminuía de manera proporcional a la firmeza de la arena.
La razón es que cuando se agrega agua a la
arena, surgen los llamados puentes capilares, pequeñas gotitas de agua que unen
a los granos entre sí.
En presencia de la correcta cantidad de agua,
la arena húmeda del desierto es alrededor de dos veces más firme que la arena
seca, concluyeron los físicos.
Por lo tanto, un trineo se desliza con mucha
más facilidad sobre la arena firme simplemente porque esta no se acumula por
delante del vehículo como lo hace la arena seca.
La pista pintada
Según los científicos, los constructores
egipcios conocían este útil truco.
En el fresco se puede
observar a un trabajador arrojando agua por delante del trineo.
Y como prueba, señalan la pintura de una de
las paredes de la tumba de Djehutihotep, jefe de una de las regiones del Alto
Egipto durante los reinados de Amenemhat II, Sesostris II y Sesostris III
(1914-1852 a .C.)
que muestra claramente a una persona parada en la parte delantera del trineo
arrojando agua sobre la arena.
Pero además de revelar algo más sobre la
destreza de aquella fascinante y antigua civilización, estos resultados también
son interesantes para sus aplicaciones modernas, aseguran los autores.
Aún no se comprende del todo el
comportamiento físico de los materiales granulares como la arena, que, sin
embargo, son muy comunes. El asfalto, el hormigón y el carbón son algunos
ejemplos.
Los científicos creen que este descubrimiento
puede ser útil para optimizar el transporte y el procesamiento de material
granular, que actualmente representa alrededor del 10% del consumo de energía
en el mundo.
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