EL LOBO Y LA OVEJA

HABÍA UNA VEZ UN LOBO HABRIENTO. LLEGÓ  A UN MERCADO DE UN PUEBLO Y COMENZÓ A ROBAR FRUTA, SALCHICHAS, SE METÍO UN QUESO EN EL BOLSILLO Y TAMBIÉN UNAS VERDURAS.

AL VERLO EL GUARDIA TOCÓ EL PITO Y GRITÓ: ¡ALTO, ALTO!
PERO EL LOBO CORRIÓ MUY DEPRISA TIRANDO TODO LO QUE LLEVABA ENCIMA. LOS MOZOS DEL PUEBLO LO SIGUIERON TIRÁNDOLE PIEDRAS.
EL POBRE ANIMAL GEMÍA ¡AY, AY!

EL LOBO SE HIZO A LA IDEA DE COMER HIERBA. PERO VIÓ UNA OVEJA EN EL RIACHUELO.
CON VOZ LASTIMERA, LE DIJO, -ESTOY SEDIENTO Y NO PUEDO AGACHARME PARA BEBER. POR FAVOR, DAME UN POCO DE AGUA PARA CAL MAR MI SED.

LA OVEJA, AUNQUE JOVEN, NO ERA TONTA.
-SEÑOR LOBO, USTED QUIERE EL AGUA PARA LIMPIAR SUS DIENTES Y PODER COMERME MEJOR....
Y RAPIDAMENTE SE ALEJÓ DE ALLÍ.

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