Internet ha revolucionado el mundo de las
comunicaciones y está en camino de modificar algunos hábitos sociales hasta
ahora muy arraigados -formas de adquirir bienes y servicios, modelos
relacionales, modelos educativos, etc.-. Aunque su penetración en los hogares
españoles es todavía pobre, ya son muchos los padres y educadores que, aún
reconociendo los inmensos beneficios educativos que puede tener el manejo de
este medio por los niños, se muestran preocupados por los peligros que conlleva.
Teresa Hernández* reflexionó sobre el tema en una
charla pronunciada en el marco del seminario "Internet y los niños. Hacia un uso
seguro de la red" organizado por la Fundació Catalana per a la Recerca en el mes
de diciembre del 2000 en Barcelona. Solohijos.com estuvo presente en el
acto y reproduce ahora las ideas esenciales que planteó.
Internet además de igualar o superar el atractivo audiovisual de otros medios
como la televisión, ofrece la posibilidad de interactuar y comunicarnos de forma
rápida y barata con cualquier punto del planeta sin límite de espacio ni de
tiempo. Internet es, cada vez más, un medio que contribuye a facilitarnos la
vida: pone a nuestro alcance multiplicidad de información, nos brinda la
posibilidad de hacer trámites, gestiones o compras sin movernos de casa y nos
permite comunicarnos con quién queramos a un bajo coste.
Los niños que se
conectan a la red pueden aprovechar estos numerosos beneficios:
- Acceden de forma inmediata a multitud y gran variedad de conocimientos. Esto
revoluciona y sobretodo, rentabiliza el proceso educativo en la escuela, ya que
el profesor puede dejar de ser un transmisor de conocimientos para dedicarse a
ser un guía de acompañamiento en la obtención de la información, la persona que
les ayuda a sacar el máximo provecho de esta nueva forma de adquirir
conocimientos.
- Acceden a toda una serie de información relativa a sus hobbies, aficiones,
cantantes, grupos favoritos, etc.
- La dimensión interactiva de Internet les permite intercambiar ideas con
interlocutores de cualquier punto del planeta y gozar de una plataforma para
expresarse o opinar, experiencias que les pueden resultar gratificantes y
enriquecedoras.
Así pues, Internet puede tener pues repercusiones muy positivas en lo que a
educación, tiempo libre, proceso de socialización y cultura se refiere. Pero la
otra cara de la moneda pone en alerta a los padres. ¿A qué debemos estar
atentos?
¿Qué peligros entraña el uso de Internet por
los niños?
Peligros menores pero que no debemos dejar de tener
en cuenta como padres:
- La factura del teléfono: a no ser que hayamos contratado una tarifa plana,
es muy probable que ellos no se den cuenta del tiempo que pasan conectados y que
la factura del teléfono aumente de coste.
- El tiempo que pasa ocupado el teléfono de casa. Si nuestros hijos están
conectados, nos impiden hacer y recibir llamadas que pueden ser importantes.
- Internet puede ser una vía de descarga de virus en nuestro ordenador.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que Internet:
- Puede crear riesgo de adicción y aislamiento. Esto no es frecuente y no
debemos alarmarnos. Sin embargo, deberemos estar especialmente atentos a este
riesgo si nuestro hijo tiene ya algún problema que dificulte un proceso normal
de socialización. De lo contrario, será poco probable que desarrolle síntomas de
adicción o que prefiera refugiarse delante del ordenador antes que jugar con
otros niños.
- Puede poner al alcance de los niños:
- contenidos nocivos: violencia, consumo de drogas, xenofobia,
pornografía, etc.
- contenidos inexactos o poco fiables.
- Puede facilitar que entren en contacto con desconocidos. Se han registrado
algunos casos de pederastas que han contactado por primera vez con sus víctimas
a través de la red. No nos alarmemos pero hagamos que sea lo suficientemente
desconfiado para que no se crea a pies juntillas que el amigo que ha conocido
por chat se llama Alberto y tiene la misma edad que él.
- Es un medio en el que pueden facilitar datos e información personales o
privados (nombres, dirección, teléfono, datos de tarjeta de crédito, hábitos de
consumo o de comportamiento, etc.). Debemos advertirles del riesgo que esto
supone.
- Es una plataforma de venta electrónica en la que pueden realizar compras que
no deseamos. Nos parecerá inconcebible, pero no debemos descartar la posibilidad
de que en un momento dado puedan coger nuestra tarjeta y comprar un juego, disco
u otro bien deseado. Si nuestra tarjeta sufre cada mes varios movimientos sería
muy probable que al final nos pasara completamente desapercibido ese pequeño
gasto entre tantos otros.
- Puede suponerles el tener que enfrentarse a situaciones tensas o de
conflicto (en los chats, por ejemplo). Los niños tienen un punto de inocencia y
una gran sensibilidad. Unas palabras o ciertos tonos que sobrepasen el límite de
lo aceptable puede afectarles más de lo que pensamos. Aunque a través de el
ordenador no se vean las caras, esto no les exime de violentarse o vivir de
forma negativa ciertas conversaciones.
- Hacernos perder la privacidad. Si entran en las páginas de comercio
electrónico, es muy probable que nos envíen cookies - unas señales con las que
pueden interpretar nuestros gustos o hábitos-. Y si facilitan nuestro correo
electrónico, probablemente seremos objeto de bombardeos de publicidad no
deseada.
Por todo esto es importante que padres y educadores conozcamos el
potencial y sepamos usar las nuevas tecnologías. Debemos tomar conciencia de los
peligros de la red sin caer en un excesivo alarmismo y tomar las medidas
pertinentes. Saber en qué momento podemos dejar la responsabilidad de sus actos
a nuestros hijos, establecer unas normas de uso de Internet y acompañarlo en la
navegación por la red cuando sea necesario.
*Teresa Hernández es pedagoga, profesora de la asignatura
"Nuevas tecnologías aplicadas a la educación" de la Universidad Ramón Llull,
Consultora de postgrados a distancia y técnica del equipo de proyectos en una
empresa de servicios y proyectos de comunicación
educativa.
Sandra
Blanch Vidal Asesorada por: Susan Niessen Autor
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