Los camellos tienen dos jorobas, mientras que el dromedario solo tiene 
una. Ahí está la diferencia entre estas dos especies. La función es 
siempre la misma. Almacena el agua y la energía que luego usarán en caso
 de que haya escasez y sequía. Esto le da a los camellos la legendaria 
habilidad de aguantar sin beber ni comer durante largos períodos de 
tiempo, pudiendo atravesar regiones muy áridas o desiertos sin apenas 
beber. Cuando su joroba esta agotada de reservas, se vuelve flácida y 
blanda. Los camellos no viven en las arenas del desierto, pero si en los
 desiertos rocosos del este y centro de Asia. Las temperaturas en estos 
lugares son extremas. 40 ºC en verano, -29 ºC en invierno. Por eso los 
camellos han desarrollado
  adaptaciones a estos brutales cambios de la naturaleza. El ejemplo más
 claro de estas adaptaciones es el grueso pelaje que los protege en 
invierno, y que se les cae cuando la temperatura aumenta con la llegada 
del veran
o.
Las
 hierbas que comen en invierno, o en cualquier época del año, les dan el
 suficiente agua para sobrevivir durante mucho tiempo. De todos modos, 
cuando los camellos al fin beben, actúan como una especie de esponja. El
 camello es capaz de beber 135 litros de agua en solo 13 min. Para 
proteger sus ojos de la tierra y del viento, estos animales poseen unas 
grandes pestañas protectoras. Además, unas grandes y anchas patas les 
facilitan el paso por estos desiertos rocosos, y también el no hundirse 
en la arena debido al gran peso que llevan encima.
Estos
 camellos son los únicos en la actualidad que viven en libertad, y se 
sitúan en el desierto de Gobi (Mongolia y China), pero su número es muy 
reducido, y no pasa de 1000 ejemplares.
 
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