› EMPRENDEDORES | ESPACIO CREATIVO Crearon un termo que calienta el agua con el sol


Un equipo de ingenieros y de diseñadores argentinos desarrolló un novedoso dispositivo que aprovecha la energía renovable. Por ahora, el producto, que carga hasta medio litro de agua, se puede comprar sólo por internet.
 
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ENERGÍA LIMPIA. Para calentar el agua, el termo tiene en su interior ampollas fabricadas con materiales especiales, que atrapan y retienen el calor. solarmate.com.ar
“Estábamos en la playa y queríamos tomar mate, pero nos quedamos sin agua. Entonces tuvimos que ir hasta el balneario más cercano, hacer fila y pagar para conseguir agua caliente. La persona que nos atendió utilizó electricidad para calentar el agua, cuando afuera, en la playa, había un sol que entregaba suficiente energía para hacerlo. Así surgió la idea de fabricar un termo que aprovechara la energía solar”. Las palabras de Christian Navntoft, uno de los ingenieros que desarrolló el termo Solarmate, dan cuenta de que las iniciativas, que luego pueden convertirse en emprendimientos laborales, aparecen como revelaciones, para resolver problemas de la vida cotidiana.

En diálogo con LA GACETA, el especialista comentó que el termo solar se presentó en el mercado a fines del año pasado, con una producción inicial de 1.000 unidades. Por el momento, está disponible para adquirir en la plataforma de venta online del sitio web www.solarmate.com.ar, creado por los profesionales que integran el equipo de trabajo. Pero el desarrollo del artefacto que aprovecha la energía renovable del sol llevó a sus creadores a transitar un arduo camino que comenzó en 2006, con numerosos prototipos que se construyeron en laboratorio.

¿Cómo funciona?


El termo, que permite cargar hasta 500 centímetros cúbicos de agua para tomar mate, capta la energía del sol mediante ampollas de vidrio colocadas en su interior. Estos elementos son fabricados con materiales reflectivos, bajo los parámetros de la tecnología con la funcionan los Concentradores Parabólicos Compuestos (CPC), que utilizan los captadores solares de alta eficiencia para generar energía.

Para calentar el agua, hay que desplegar dos soportes sobre los cuales se puede inclinar y apoyar el recipiente. Luego, para que las ampollas puedan recibir el calor del sol, hay que abrir el artefacto a la altura de la manija.

Al principio, para desarrollar el producto, Navntoft trabajó con un arquitecto que también es socio del emprendimiento. Luego, a medida que los prototipos fueron mejorando, y que alcanzaron el funcionamiento deseado, se incorporaron al equipo diseñadores industriales que se encargaron de otorgarle el termo solar su aspecto definitivo.

Pero para saltar a la etapa de producción masiva del artefacto solar, los emprendedores tuvieron que buscar apoyo de inversores. Entonces, armaron un modelo de negocio y planificaron el proceso productivo. “En 2010, presentamos el termo solar en una serie de concursos para innovaciones tecnológicas, en los cuales fuimos finalistas. Aunque perdimos la votación final, conseguimos prestigio para nuestro proyecto y comenzamos a tener charlas con inversores que estaban interesados en participar”, rememoró Navntoft.

La búsqueda de capital fue un largo período de tiempo, que se extendió por varios años. Además, demandó mucho esfuerzo, ya que los inversores que surgieron ofrecían montos insuficientes, a cambio de porcentajes elevados de rentabilidad. Ante este escenario, los creadores del termo solar acudieron a entidades del sector público, principalmente la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme) y la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Allí obtuvieron recursos concursables, mediante los cuales pudieron comprar las maquinarias necesarias para ampliar la producción del dispositivo.

En paralelo, afrontaron dificultades para conseguir los insumos. “Al tratarse de un dispositivo nuevo, y único en el mercado, no había proveedores especializados. Por suerte, hubo empresas que se interesaron en el proyecto y que nos acompañaron”, subrayó el ingeniero. Recién en 2014, los emprendedores lograron terminar el termo solar, tal como lo habían pergeñado en la playa los impulsores de la idea, el día en el que se quedaron sin agua para el mate. El camino fue largo, pero los emprendedores no bajarán los brazos. “El objetivo de nuestra empresa no es quedarnos sólo con el termo, sino desarrollar otros productos que integren la energía solar a la vida cotidiana, como cocinas solares, potabilizadores de agua portátiles, generadores de energía”, concluyó.

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